En Barcelona hay luchas que se alargan durante décadas, historias de nunca acabar que se pierden en el laberinto de los intereses políticos y de los cuales, pasados los años, parece que la mejor opción sea olvidarlos como si nunca nada hubiera pasado. Una de estas luchas es la de la demanda de cobertura de la Ronda de Dalt, en especial por la zona más poblada que todavía la tiene a cielo abierto, es decir, la zona norte del distrito de Horta-Guinardó, la que nombramos de forma global Vall d'Hebron pero que afecta a los vecinos de los barrios de la Font del Gos, Montbau, Sant Genís dels Agudells, la Teixonera y el Parc de la Vall d'Hebron, los cuales hace treinta años que luchan por ello y que no se piensan dar por vencidos.

La apertura y puesta en funcionamiento de la Ronda de Dalt fue una de las grandes infraestructuras que se llevaron a cabo en Barcelona en vísperas de los Juegos Olímpicos de 1992. Aunque el proyecto de los llamados cinturones de ronda databa de 1969 fue el impulso olímpico el que permitió darle forma. Eso sí, con las habituales prisas, que comportaron, entre otras carencias, que la Ronda Litoral quedara con una configuración de dos más dos carriles y que la Ronda de Dalt, mucho más ambiciosa, llegara a tener diez carriles, tres más tres en el tramo central y dos en cada lateral, pero al precio de crear una gran cicatriz en barrios densamente poblados. Un vecino incómodo que desde entonces marca la vida diaria de los vecinos.

1.ª Cuerpo Ronda de arriba, proyecto 30 años parado, descubrimiento, trafic, vehícles, carretera - Carlos Baglietto

El único tramo cubierto de la Ronda de Dalt en Horta-Guinardó, un túnel de 195 metros justo ante el mercado de la Vall d'Hebron / Carlos Baglietto

Cubrir la Ronda de Dalt fue una posibilidad que se descartó de entrada, pero hace tres décadas la renuncia a la cobertura ya fue polémica y provocó quejas de las zonas con viviendas próximas, en especial a los distritos de Horta-Guinardó y Nou Barris. Este último distrito ha conseguido que más del 80% de la ronda haya acabado cubierta, facilitando la conexión entre los barrios de Canyelles y Roquetes -situados más arriba de la ronda- con la Guineueta y el Verdum -ya dentro del anillo vial. En Horta-Guinardó, después de treinta años, solo se ha cubierto un pequeño tramo de menos de 200 metros ante el Mercado de la Vall d'Hebron.

Un proyecto en el cajón

La cobertura de la Ronda de Dalt al paso por el distrito de Horta-Guinardó es una "reivindicación histórica" de los barceloneses que viven en los barrios afectados. Como aseguran representantes de las asociaciones de vecinos de los barrios de la Font del Gos, Montbau, Sant Genís dels Agudells y el Parc de la Vall d'Hebron, en conversación con elNacional.cat, "hace 30 años ya protestábamos porque la Ronda se hizo mal". De hecho, la gran zanja que supone la Ronda crea tres problemas básicos a los vecinos: "contaminación acústica, contaminación ambiental y fractura entre barrios" y sólo una cobertura integral permitiría resolver los tres de una tacada.

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La Ronda de Dalt justo ante el complejo hospitalario de la Vall d'Hebron, una autopista urbana de seis carriles más cuatro en los laterals en una zona muy utilizada por los barceloneses / Carlos Baglietto

Al principio de este siglo se consiguió la cobertura en Nou Barris y parecía que le tocaba el turno a la zona de la Vall d'Hebron, pero algunas de las ideas propuestas no tenían mucho sentido, ya que se centraban sólo en el punto más conflictivo de todo el trazado, el del inmueble situado en el paseo de la Vall d'Hebron, 200, un edificio pegado sobre la ronda, que justo allí pasa elevada porque debajo está la estación de metro de Montbau. Es en este espacio donde hay un curioso 'Guernica' a todo color. Las soluciones parciales implicaban cubrir la ronda al estilo del cajón ferroviario de Sants -una chapuza que quedará para siempre y de la que los vecinos de esta parte de Horta-Guinardó no quieren ni oir hablar-, cubrir el edificio afectado de metacrilato o bien derribarlo directamente. Ninguna solución fue aceptada por los vecinos.

Con todo por hacer, en el año 2011 el entonces candidato a la alcaldía por Convergència i Unió, Xavier Trias, hizo de ello bandera electoral. Una vez alcalde pero muy lentamente, se empezaron a hacer varios proyectos con la colaboración de los vecinos a partir de tres condicionantes: "no parar el servicio de Metro, no cortar la Ronda y mantener los pasos por debajo", según recuerdan los representantes de los vecinos. Con estos elementos se hace un primer proyecto de cobertura que implica cubrir las partes en trinchera -como el tramo posteriormente efectuado- y soterrar otras partes, en especial en el tramo de la estación de Metro de Montbau, que se salvaría con un túnel para los coches en la parte de montaña. De allí hasta Karl Marx habría varios tramos subterráneos y otros en superficie.

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La Ronda de Dalt desde el puente de la carretera de Horta a Cerdanyola / Carlos Baglietto

Esta idea general fue consensuada y se empezó a trabajar en los proyectos técnicos. El proyecto parece encauzado y en el pleno municipal de marzo del 2015 se aprueba una resolución por la cual todos los grupos del Ayuntamiento -"incluida la ICV de Ricard Gomà", apunta a uno de los vecinos- aceptan sacar adelante un proyecto elaborado por BIMSA, la ingeniería Esteyco y los Arquitectes Ravetlla-Ribas/Fernando, con una inversión estimada de 400 millones de euros y un calendario de ejecución hasta 2023. Y entonces, llegan las elecciones municipales de mayo de 2015, Ada Colau sucede a Trias en la alcaldía, y el proyecto queda en un cajón.

Frenazo al proyecto

Con el cambio de gobierno municipal, el proyecto de cobertura se frena. Si bien justo al inicio del mandato parece que la voluntad es sacarlo adelante, la realidad es que, según los vecinos, la intención por parte del nuevo equipo municipal es detenerlo. "Nos dijeron que como Barcelona en Comú no había firmado el compromiso, no se sentían vinculados", lamentan los representantes de los barrios afectados, que recuerdan que BComú tenía vinculaciones claras con ICV. "En el primer consejo de barrio, la concejala Mercedes Vidal nos dijo que aquello no se haría", relatan, para añadir que llegaron a reunirse una vez con Colau, pero que "a media reunión entró Janet Sanz y dijo que aquello no se haría".

De hecho, para los residentes de todos los barrios que rodean el hospital de la Vall d'Hebron, la negativa del nuevo gobierno municipal a sacar adelante la cobertura tenía un cierto aire de venganza por la revuelta que se produjo en aquellos barrios por la instalación de una narcosala en la Vall d'Hebron a mediados de la primera década de siglo, que los enfrentó directamente con la entonces tercera teniente de alcaldía y líder visible de ICV, Imma Mayol. "No lo han olvidado", lamentan los vecinos. En todo caso, con la llegada de los comunes se pone en marcha un proceso participativo, Decidim Barcelona, en que los vecinos de la Vall d'Hebron defienden su proyecto de cobertura y resultan ganadores. Pero no les sirve de mucho.

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Pérgola instalada sobre el único tramo cubierto / Carlos Baglietto

Según los representantes de las asociaciones de vecinos de los barrios afectados, la victoria del proyecto de cobertura de la ronda "es una patata caliente para el ayuntamiento", que entonces opta por "cocinar y diluir el proyecto", haciéndolo extensible a todos los distritos afectados, incluyendo Nou Barris, donde sólo quedan unas pocas partes por cubrir, y también Gràcia y Sarrià-Sant Gervasi, donde la demanda popular es mucho menor. Y además, cambian las normas. "De golpe nos dicen que no se pueden cambiar las rasantes, cosa que no era verdad", lamentan. Todo ello supone la paralización del proyecto global que, de cara a la galería, se salva al final del primer mandato de Colau con la cobertura testimonial de un tramo de justo 200 metros.

"Nosotros queríamos un proyecto global para tenerlo todo atado y el ayuntamiento optó por un tramo", apuntan desde las asociaciones de los barrios. Una vez inaugurado este tramo ya a principios del 2020, "no hemos tenido más contactos". De hecho, las últimas novedades por parte del consistorio es la apertura de un proceso participativo para cubrir la parte correspondiente a Gràcia, en la zona de Vallcarca i els Penitents, sin avanzar en la parte de Horta-Guinardó. Para acabar de arreglarlo, el presupuesto del 2022 prevé sólo una partida de 200.000 euros para proyectos técnicos. Es decir, no hay ningún plan calendarizado.

"Una deuda histórica"

En esta situación, los representantes de los vecinos de los barrios de la Font del Gos, Montbau, Sant Genís dels Agudells, la Teixonera y el Parc de la Vall d'Hebron, insisten en que la cobertura es "una deuda histórica" que se les debe, y apuntan que "si Colau continúa mandando no se hará ni un metro más". Con todo, recuerdan que la candidata de Junts a la alcaldía, Elsa Artadi, repescó la cuestión en su conferencia 'Barcelona!' y que la anunciada ampliación del Hospital de la Vall d'Hebron podría ir asociada a la cobertura, al menos, de la ronda justo delante de la residencia sanitaria. Sea como sea, a estos barrios les ha tocado una de las peores herencias olímpicas, tener que convivir con una autopista urbana que separa los barrios. Un vecino incómodo que no hay manera de sacarse de encima cuando la solución es ponerlo por debajo.

Imagen principal: El punto más complejo de la Ronda de Dalt: los coches pasan por encima de la estación de Metro de Montbau y junto al edificio que queda a la derecha (lado mar). El proyecto de cobertura implica desviar y soterrar la ronda por el lado montaña / Carlos Baglietto