El programa de superilles de Barcelona avanzará este 2018 en torno a la Maternidad y Sant Ramón, en el distrito de les Corts. El perímetro de la intervención queda cerrado por la Travesera de les Corts, la calle de la Riera Blanca, la avenida de Madrid y la Gran Vía de Carlos III. La actuación, que tendrá un coste de unos dos millones de euros, consiste en reducir o eliminar el tráfico en varias calles del área y mejorar pavimentos, iluminación y alcantarillado.

Se trata de una intervención menos intensa de la del Poblenou, donde una buena parte de los vecinos se opone a la ejecución del Ayuntamiento. El caso de les Corts, en una zona muy diferente que la de Poblenou, va más en la línea de las dos supermanzanas "blandas" ejecutadas en Gracia en mandatos anteriores.

El plan general de superilles pretende reducir el ruido vía eliminación del tráfico rodado, lo que implicaría menos accidentes y contaminación y devolver espacio público a la gente. Paralelamente, debería acompañarse de la red ortogonal de transporte público, que encaja con la retícula de las superilles.

El concejal del distrito de Les Corts, Agustí Colom, ha considerado que estas modificaciones "no alteran el uso del espacio", pues son "calles de poca circulación". Además, confía en que, gracias a la supermanzana, el espacio "recupere la idea de pueblo y de casco antiguo con vistas a un uso más cívico", ya que "el coche pierde el predominio que tenía hasta ahora y ganan los ciudadanos y el uso del espacio público".

El propósito de las superilles es evitar el tráfico en las calles interiores y "recuperarlo para funciones sociales, de interacción, de estancia, de salud, de recreo e incrementar el verde urbano", según el Ayuntamiento de Barcelona. Es lo que en la jerga municipal se llama "pacificar" la calle.

Cuatro actuaciones

El proceso de implantación de esta superilla se inició durante el mandato de Xavier Trias, con trabajos de "pacificación" en torno a las calles afectadas. Ahora se inician cuatro actuaciones más que completarán las obras.

La primera actuación, en la calle Conxita Supervia, arrancó en noviembre pasado y terminará en agosto de 2018. La idea es implantar un espacio exclusivo para peatones. Se modificará el trazado de la calle con una especie de dunas que harán desaparecer la presencia de vehículos aparcados.

El recorrido culminará en un espacio de reunión situado ante la fachada del Centre Cívic Joan Oliver. Solo tendrán acceso los vehículos que tengan allí el aparcamiento o los de servicios y urgencias.

Con esta actuación se eliminará la conexión entre Gran Vía de Carlos III y la calle Comandant Benítez. En este espacio se instalarán nuevos parterres con árboles y vegetación, y se aprovechará para mejorar el alcantarillado y la recogida de aguas y sustituir las farolas por otras de alta eficiencia.

En la calle Benavent pronto empezarán las obras para convertir la actual sección de vial en una gran zona ajardinada, ensanchando la acera e instalando un parterre de tres metros de ancho. Se seguirá manteniendo un solo carril y se conservará la fila de aparcamiento en el lado Llobregat.

Calle Benavent actual (encima) y propuesta

En la calle Regent Mendieta se hará una nueva sección con acera única para reducir sensiblemente la velocidad de los vehículos y dar prioridad al peatón. La vía, que se empezará a habilitar en enero, tendrá asfalto rojizo en la parte central y el cordón lateral de aparcamiento quedará sin tintar.

Calle Regent Mendieta actual (encima) y propuesta

La última intervención arrancará en septiembre, en las calles Pintor Pahissa y Comte Güell, que se convertirán en plataforma única de prioridad invertida.

La aplicación más conocida del plan de superilles se ha hecho en el Poblenou y ha causado un buen revuelo con los vecinos, buena parte de los cuales reclama al Ayuntamiento que retroceda o resuelva los problemas asociados con la intervención.