El acuerdo de amistad y cooperación suscrito el día de la Mercè del año 1998 entre Barcelona, Gaza y Tel Aviv está bajo el punto de mira de varias entidades aglutinadas en la plataforma Prou Complicitat, que está llevando a cabo una campaña de recogida de firmas para revocar este acuerdo, que tiene el apoyo explícito del partido de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, y que ha sido polémica por la aparición de logotipos institucionales de la Generalitat aparecen unos folletines con información para firmar a favor de la campaña. Ahora, el Síndic de Greuges de Barcelona, David Bondia, también ha posicionado, y ha tomado partido a favor de revocar la hermandad con Tel Aviv.

Según ha informado la misma Sindicatura de Greuges de Barcelona, esta institución ha analizado el acuerdo de amistad y cooperación entre la capital de Catalunya, la ciudad palestina de Gaza y la israelí de Tel Aviv, y ha concluido que este hermanamiento no ha tenido en cuenta el cambio de circunstancias que se ha producido tras su celebración, en 1998, ya que "no garantiza el respeto al compromiso con los derechos humanos, y tampoco impulsa unas relaciones internacionales que promuevan la justicia global". Por estos motivos, la Sindicatura se ha dirigido a la Alcaldía de Barcelona para recomendar que se revoque el acuerdo de amistad y cooperación entre las tres ciudades.

Marco de los Acuerdos de Paz de Oslo

En este sentido, la sindicatura recuerda que el Acuerdo de Amistad y Cooperación entre Barcelona, Gaza y Tel Aviv se firmó en el año 1998, en el marco de los Acuerdos de Paz de Oslo, con la finalidad de sumar esfuerzos en la consecución de la paz a esta zona del Oriente Próximo. Fue firmado directamente por el alcalde de Barcelona del momento, Joan Clos. En este acuerdo se pactó el intercambio de experiencias y conocimientos sobre la gestión municipal, el desarrollo de iniciativas culturales, la colaboración social y los proyectos de cooperación para mejorar las condiciones de vida de la población de Gaza, pero las dificultades del proceso de paz en Oriente Próximo, y concretamente en el conflicto entre Palestina e Israel, han provocado que estas acciones no se hayan podido llevar a cabo, aunque Barcelona mantiene relaciones con las dos ciudades por separado.

Según la sindicatura, el pacto de hermandad es un acuerdo internacional no normativo del cual no se derivan obligaciones o responsabilidades jurídicas ni económicas directas a cumplir por parte del Ayuntamiento de Barcelona. Por eso, y por considerar que los Acuerdos de Oslo no han servido para poner "fin a la ocupación israelí del territorio palestino y conseguir un autogobierno palestino real" y eso "ha impulsado la violencia, la inestabilidad y las violaciones generalizadas del derecho internacional humanitario y del derecho internacional de los derechos humanos", la sindicatura "defiende que cualquiera de las partes podría invocar la caducidad del acuerdo", y por eso insta al gobierno barcelonés a revocarlo.

Por otra parte, y con el objetivo de comprender si otras alianzas de este tipo respetan los derechos humanos, la sindicatura también ha recomendado al Ayuntamiento que revise exhaustivamente el resto de los Acuerdos de Hermandad y de los Memorandum of Understanding (MOU) suscritos por el ayuntamiento barcelonés. En este sentido, hay que recordar que el Ayuntamiento de Barcelona decidió suspender pero no romper el acuerdo de hermanamiento con la ciudad rusa de San Petersburgo a raíz de la invasión de Ucrania.