Los vecinos del Raval de Barcelona mostraron el miércoles por la noche su "lucha constante y diaria" contra los narcopisos en el barrio, en un 'narcotour' que ha llevado a más de una cincuentena de periodistas por aquellas calles y escaleras donde la realidad del tráfico y consumo de drogas es más cruda. "Queremos visualizar este problema desde la óptica de los vecinos. No es lo mismo verla desde un despacho que pisando el terreno", ha manifestado Carlos, portavoz de la asociación de vecinos Roig-Picalquers-Robador (RPR).

En las últimas semanas representantes de las formaciones políticas en la ciudad también han conocido la situación de los narcopisos en recorridos similares, pero los vecinos lamentan que el ejecutivo de Colau todavía no les ha respondido para "venir a tocar territorio con nosotros". Por eso dicen que se sienten "ignorados" y consideran que la actuación del gobierno municipal y del distrito es "insuficiente". "Creemos que se puede hacer mucho más", reclaman.

El 'narcotour' dirigido a medios de comunicación ha empezado en el número 22 de la calle de EnRoig, donde los traficantes llegaron a vender droga, sobre todo heroína, en tres pisos diferentes. Esta escalera se consideró uno de los máximos exponentes del problema de los narcopisos en el Raval y los vecinos la ven también como un símbolo de su lucha contra estos empleos. Después de varias intervenciones policiales, en otoño ya no se traficaba con droga en este inmueble.

De Robador a Ferlandina

El recorrido ha continuado por la calle d'En Robador, donde los vecinos han denunciado los problemas sobre todo de convivencia en el espacio público, si bien en estos momentos no tienen identificado que haya ningún piso donde se venda droga. El 'narcotour' ha continuado por calles como la Riereta, Sant Vicenç, Sant Gil, Sant Erasme i Ferlandina. Los vecinos alertan de que hay varios pisos y locales ocupados para traficar y consumir droga. "Este es como un 22 de Robador. Incluso han arrancado la puerta", ha señalado una vecina delante uno de los inmuebles de la calle de Ferlandina.

Con los 'narcotours', los vecinos quieren que "se tome conciencia del impacto profundo en el barrio que tienen las actividades ilegales como los narcopisos", que son "una realidad dura, heredada de la crisis inmobiliaria pero que han manifestado su presencia más nefasta y terrible desde diciembre del 2016", explican los vecinos. "No sólo se trafica, también se están muriendo personas", ha alertado a Carlos, de que ha recordado cómo un hombre apareció muerto a la calle por sobredosis hace unas semanas.

"No podemos aceptar una situación de muerte en el interior de nuestro barrio y muchos menos por el consumo de drogas", ha condenado a este vecino, que ha señalado que calculan que unas 40 personas mueren al año por sobredosis en el Raval (se trata de un cálculo hecho por los vecinos a partir de informaciones que recogen).

Según han explicado los vecinos, representantes de todos los grupos municipales han recorrido los callejones del Raval para conocer el problema de los narcopisos guiados por las personas que viven allí, excepto de la CUP y del equipo de gobierno. Los vecinos esperan que en las próximas semanas las formaciones de la CUP y BComú quieran participar en estos 'narcotours' y esperan más acciones del equipo de gobierno. Carlos ha denunciado que no están notando que "el plan de choque esté cumpliendo sus objetivos" y afirma que hay una "necesidad imperiosa para atacar mejor este problema" y pide cambios legislativos a nivel municipal y también a gran escala.

A mediados del 2017 el Ayuntamiento de Barcelona ya aprobó la creación de un plan de choque en la zona del Raval que ha permitido delimitar 4 zonas de trabajo a corto plazo, como por ejemplo la ampliación del horario de apertura de la sala de venopunción Baluart, un centro en que la gente puede llevar la droga y se puede pinchar con las condiciones higiénicas necesarias, así como también recibir información para evitar las sobredosis. También se prevé reducir la sensación de inseguridad de los vecinos por|para el tráfico de drogas y minimizar este tráfico en la vía pública y en los locales ocupados ilegalmente.