La remodelación del cartapacio municipal anunciada este martes por la tarde por el alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, que implica la creación de una quinta tenencia de alcaldía encabezada por Raquel Gil, ha sido rápidamente criticada por el grupo municipal de Junts per Barcelona, formación que ganó las elecciones municipales de 2023 y que cuenta con once concejales, uno más que el gobierno municipal del PSC. En un tuit en la red social X, el presidente del grupo municipal de JuntsXBCN en el Ayuntamiento, Jordi Martí Galbís, ha resumido la situación con la frase "un mandato perdido".

"Nada; más tenientes de alcalde, menos concejales y más comisionados a dedo", ha escrito Martí Galbis en un breve mensaje donde ha añadido que la remodelación del gobierno municipal supone "unos cambios de carteras que ponen de manifiesto el fracaso del gobierno de Jaume Collboni en ámbitos tan decisivos como la vivienda y la atención social".

La remodelación del gobierno municipal llega cuando Collboni está a punto de llegar al ecuador del mandato y una vez Esquerra Republicana de Catalunya ha descartado entrar a formar parte de él a pesar de asumir la condición de "socio preferente" en los dos años que quedan de mandato. En todo caso, la remodelación se puede interpretar como un golpe de timón de Collboni para afrontar en solitario estos dos años de mandato y, por lo tanto, la constatación de que no tiene previsto llegar a ningún tipo de acuerdo sólido ni con ERC, ya descartado, ni tampoco con Barcelona en Comú, formación que, por su parte, ya ha puesto la maquinaria ideológica a trabajar para recuperar la alcaldía con Ada Colau al frente del think tank de los comunes, la Fundació Sentit Comú.

Valoración positiva de ERC

Por su parte, el portavoz adjunto del grupo municipal de ERC, Jordi Coronas, también ha valorado la "reorganización a medio mandato" del cartapacio, pero desde una perspectiva diferente a la de Junts: "Valoramos positivamente la creación de los comisionados de Lengua y Rehabilitación", a los que se ha referido como "dos grandes retos de Barcelona para mantener su identidad y que tendrán que liderar los proyectos que pactamos en los acuerdos de presupuesto".