Las playas de Barcelona se han llenado este viernes por la noche hasta los topes de gente para celebrar la verbena de Sant Joan, la puerta de entrada al verano. Una de las más concurridas ha sido la playa de Sant Miquel, en la Barceloneta. Aquí se han reunido familias, parejas o grupos de amigos, tanto locales como turistas. A escasos metros de la playa, en la plaza del Poeta Boscà, en el barrio de la Barceloneta, también se ha celebrado la verbena más tradicional con correfoc, encendido de hoguera y cena popular al fresco. Es uno de los barrios de la ciudad que acogen actividades vecinales y que tienen el espacio público como protagonista de la noche. No han faltado, tampoco, los petardos, la coca de Sant Joan y la música.

Las previsiones del Ayuntamiento de Barcelona era que las playas, plazas y parques de la ciudad concentraran cerca de 60.000 personas esta noche, una cifra similar al año pasado. Precisamente, para evitar molestias a los vecinos, se ha 'cerrado' el barrio de la Barceloneta y se han canalizado los flujos de entrada en la playa por los extremos.

Del barrio al turismo

Julien es uno de los vecinos del barrio que ha participado en la cena popular de la plaza Poeta Boscà. En declaraciones a ACN, ha explicado que es de Perpinyà pero hace diez años que vive en el barrio, de donde es original su madre, abuela y bisabuela. Es el primer año que participa en una cena popular la noche de Sant Joan y le ha parecido adecuado venir a "hacer un poco de barrio" entre los vecinos, ya que en el barrio esta noche hay todavía "más turista que de costumbre".

Dos calles más allá, Jordi ha cenado también al fresco pero con la mesa y las sillas a pie de calle, justo delante de la casa donde nació. Según ha asegurado, es una tradición que no quiere que se pierda. "Antiguamente, las verbenas se celebraban mucho en la calle, en las plantas bajas e intentamos un poco lo que se hacía antes", ha asegurado. "No queremos reivindicar un espacio privado, simplemente queremos trasladar a los hijos y a los nietos lo que era el barrio antiguamente, porque es divertido y hace comunión con los vecinos," ha dicho. Para Jordi, igual que para Julien tampoco pasa por alto el turismo. "Nos sentimos un poco fuera de lugar en nuestro lugar", ha admitido.

A poca distancia del ambiente más vecinal la playa ofrece el contraste de la masificación. Por el paseo hay, sobre todo turistas, como Kimberly, que es original de los Estados Unidos pero viene de Lyon, o Catarina, que viene del Brasil y a quien la fiesta le parece poca fiesta sin baile o sin música. Locales y turistas se han esponjado por la arena para beber y comer y disfrutar de la fiesta y los fuegos artificiales. La mayoría eran en grupos, algunos más organizados y otros menos, todos ellos sondeados por los vendedores ambulantes, que durante la noche ofrecen mojitos, objetos fluorescentes o pareos.