Justo al otro lado de la calle de la entrada principal del Poble Espanyol de Barcelona hay unos jardines, entre la avenida de Francesc Ferrer i Guàrdia y la calle Dàlia, que los vecinos del barrio de la Font de la Guatlla -distrito de Sants-Montjuïc- hace tiempo que tienen identificado como un espacio donde a menudo hay botellones. De hecho, miembros de la Plataforma Afectados Contaminación Acústica y Masificación de Acontecimientos (PACAME) definieron en junio del 2022 en ElNacional.cat este espacio como un "escenario recurrente de botellones", al mismo tiempo que alertaban de intrusiones nocturnas en jardines privados de la mencionada calle Dàlia.

Aunque la situación no habría mejorado durante todo este tiempo desde que este medio recogió aquellos puntos de vista, el hecho es que ahora sí que podría experimentar una mejora de cara a la pacificación de la zona, una vez el Ayuntamiento de Barcelona ha optado por reubicar cinco bancos de la zona que sistemáticamente eran utilizados para hacer botellones. Según adelanta 'Betevé', estos elementos de mobiliario urbano se han retirado de la zona ajardinada más próxima a las viviendas de la calle Dàlia y se han recolocado en otra parte de los jardines situados en el lado de la avenida Francesc Ferrer i Guàrdia.

Según vecinos citados por la televisión pública barcelonesa, la reubicación de bancos intentará frenar las reuniones para hacer botellón a altas horas de la madrugada, habituales la mayoría de noches entre el jueves al domingo, pero los mismos residentes no creen que el simple traslado de los bancos solucione el problema y reclaman que se aumente la vigilancia en una zona muy concurrida por los clientes de los locales de ocio del Poble Espanyol. Hay que recordar, en todo caso, que el Ayuntamiento ya se comprometió en primavera a reforzar la limpieza en las calles del barrio y a mejorar la iluminación como medidas para evitar botellones.

Los vecinos ruidosos de la Font de la Guatlla

El barrio de la Font de la Guatlla está limitado por la Gran Via de les Corts Catalanas, las avenidas de Maria Cristina y Francesc Ferrer i Guàrdia y el parque de la Font Florida e incluye la falda de Montjuïc en la vertiente que da entre las plazas Espanya y Cerdà. En una superficie de 30 hectáreas viven 10.316 barceloneses, a los cuales hay que añadir a dos vecinos especialmente ruidosos, por una parte, la avenida Maria Cristina, epicentro de acontecimientos ciudadanos de todo tipo, desde pruebas deportivas hasta celebraciones multitudinarias; de la otra, el Poble Espanyol, un complejo lúdico -de dudoso valor arquitectónico- que concentra varias discotecas aparte de ser un espacio donde también se organizan acontecimientos musicales y, justo en frente, botellones la mayoría de noches entre el jueves y el domingo.