El Ayuntamiento de Barcelona empezará a cobrar un nuevo impuesto por la recogida selectiva de residuos a partir de mayo del 2020. El consistorio, que hasta ahora lo financiaba vía ingresos generales, introducirá un nuevo impuesto específico para la recogida de residuos que supondrá para el 75% de los hogares un recibo mensual de entre 2 y 4 euros.

El cobro del nuevo impuesto se hará a través de la factura del agua y se sumará al importe ya contemplado en el recibo por el tratamiento de los residuos. El objetivo, según el Ayuntamiento, es cumplir con la directiva comunitaria que obliga las ciudades a mejorar la gestión de los residuos e incrementar tanto la recogida como las emisiones que se derivan del tratamiento.

El concejal de Emergencia Climática, Eloi Badia, ha asegurado que esta medida es el primer paso hacia una tarifación "justa", en la cual se pague en función de lo que se recicla. Actualmente el 45% de barceloneses no recicla. Con la nueva tasa, el consistorio espera recaudar 41 millones de euros anuales, que se reinvertirán en la mejora de la gestión y del servicio.

Recogida selectiva estancada

"La recogida selectiva está estancada en el 37,7%", ha lamentado Badia, que ha dicho que el objetivo es que en 2025 ya se hayan desplegado sistemas de individualización de la recogida doméstica en el 100% de la población. "Nos gustaría que cuando se ponga en marcha la nueva contrata, ya se impulse una primera caracterización por distritos. A medida que se implemente esta nueva contrata, el siguiente paso serán los barrios. Y en 2025 se llegará a una tasa justa a nivel de hogar", ha detallado.

La Directiva Europea marca que en 2025 la recogida selectiva tendrá que ser del 55% del total, en 2030 del 60% y en 2035 del 65%.