Próxima parada: justicia europea. La mala calidad del aire en Barcelona llega al Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE). Será este jueves cuando el alto tribunal con sede en Luxemburgo celebre una vista para examinar la denuncia de la Comisión Europea contra los altos niveles de contaminación en el Barcelonès, en parte del Baix Llobregat, en el Vallès Occidental y en el Vallès Oriental. El ejecutivo comunitario acusa a estas zonas de violar "sistemáticamente" las normas europeas sobre los límites de gases contaminantes, legalmente vinculantes desde 2010. Después de años de avisos, Bruselas optó en 2019 por la vía judicial, ya que las medidas medioambientales adoptadas en estas ciudades eran insuficientes e inadecuadas.

No será nadie del equipo de la alcaldesa Ada Colau quien defenderá la posición de Barcelona en Luxemburgo. Los jueces del TJUE y el Abogado General, encargado de emitir una primera opinión no vinculante sobre el caso, escucharán las partes el jueves por la mañana: la de la CE y la del estado español. En los procedimientos de infracción como este, Bruselas demanda al estado miembro en cuestión, aunque el gobierno central no sea el responsable del incumplimiento. Entonces, será la abogada del Estado ante la UE, Andrea Gavela, quien tendrá que defender la posición de las ciudades implicadas en la causa judicial. De hecho, es Gavela quien intenta frenar al president Carles Puigdemont por todo el bloque comunitario.

Forzar judicialmente Barcelona a cumplir las normas

En Catalunya se han vulnerado los límites en las áreas que engloban grandes centros urbanos como Barcelona, Terrassa, Sabadell, El Prat de Llobregat, Sant Feliu de Llobregat, Santa Coloma de Gramenet, L'Hospitalet o Granollers. Es decir, que las zonas delimitadas por el ejecutivo comunitario corresponden a las comarcas ya mencionadas del Barcelonès, del Vallès Occidental, del Vallès Oriental y de una parte del Baix Llobregat. Así, mediante la denuncia, Bruselas pretende forzar judicialmente Barcelona y su área metropolitana a cumplir las normas europeas. Si el caso acaba en una nueva condena al estado español, la CE podrá amenazar con multas si el incumplimiento continúa. Sin embargo, para imponerlas necesitará una nueva orden judicial y, por lo tanto, volver a los tribunales de Luxemburgo.

El ejecutivo comunitario acusa a Barcelona y su área metropolitana de infringir la directiva sobre calidad del aire, ya que hasta 2019 emitían más dióxido de nitrógeno (NO2) del permitido. El límite se sitúa en 40 µg/m³ por término medio anual, a la vez que los estados miembros tampoco pueden superar los 200 µg/m³ más de 18 veces al año. Y es que estas zonas están bajo la lupa de Bruselas por los altos niveles de contaminación del aire desde 2015. Mediante un "aviso motivado" en 2017, la CE advirtió al estado español de la posibilidad de llegar al TJUE si no se tomaban medidas "efectivas". Estas medidas se tomaron, pero han sido insuficientes.

La situación mejora en Barcelona, pero no por la ZBE

Casi 9.000 personas mueren prematuramente cada año en el estado español a causa del dióxido de nitrógeno, según los datos de la Agencia Europea del Medio Ambiente. De hecho, la contaminación atmosférica es el principal problema de salud ambiental en la UE, ya que la mala calidad del aire provoca enfermedades graves como el asma, problemas cardiovasculares y cáncer de pulmón. La media anual de este gas contaminado en Barcelona se situaba en torno a los 42 µg/m³ en 2017, por encima del límite permitido en el bloque comunitario. Este límite se excedía sobre todo en algunos barrios de Barcelona como el Eixample, Gràcia y Sant Gervasi. Por ejemplo, en el Eixample el dióxido de nitrógeno llegaba casi a 60 µg/m³ en 2017.

Hoy por hoy, la situación es mejor: en Barcelona el nivel de dióxido de nitrógeno se situó por término medio en 24,09 µg/m³ en 2021. Entonces, las emisiones de este gas contaminante están ahora por debajo de los límites que marca la UE. La Agencia Europea del Medio Ambiente reconoce que se ha producido un "descenso" en los barrios con más contaminación (en el Eixample se ha bajado hasta los 35 µg/m³ en los años 2020 y 2021), pero de momento dice que es "difícil" atribuir el cambio a una sola medida como la Zona de Bajas Emisiones (ZBE). La cuestión es que la meteorología también influye y las "circunstancias fueron excepcionales" en el 2020, ya que los niveles del gas contaminante cayeron en picado en marzo, abril y mayo por la pandemia. Colau admite que la ZBE no resolverá el problema de la contaminación y reclama más financiación tanto al el Govern como al estado español para reforzar el transporte público metropolitano, sobre todo ante el aumento observado en los últimos meses de 2021: en diciembre se estaba cerca de los límites permitidos (30,6 µg/m³).