Barcelona tiene un buen puñado de leyendas urbanas, desde los misterios de la estación de metro de Rocafort hasta la chica de la curva de la Arrabassada o la invención de que Gustave Eiffel habría ofrecido su singular torre a la ciudad. Pero si hay una leyenda urbana que, por absurda, hace reír, esta es la de la supuesta calefacción de los bancos-farolas del paseo de Gràcia. En este Barcelona Exprés os explicamos el origen de esta engañifa.
En el paseo de Gràcia se instalaron originalmente treinta y dos bancos con farola que, aunque no se conservan todos, forman parte del legado modernista de la ciudad. Al contrario de lo que la gente pueda pensar al ver la cerámica de trencadís y la clásica iconografía floral del modernismo, estos bancos no son obra de Gaudí, sino del arquitecto municipal Pere Falqués i Urpí y se instalaron el año 1906. Adicionalmente, hay varias jardineras en las esquinas con la misma estética, pero con acabados más burdos, que son muy posteriores, del año 1974.
Al contrario de lo que la gente pueda pensar al ver la cerámica de trencadís y la clásica iconografía floral del modernismo, estos bancos no son obra de Gaudí, sino del arquitecto municipal Pere Falqués
La gracia de estos bancos con farola son que sirven para una doble función, de banco para sentarse y de farola para iluminar el paseo de Gràcia, pero había un detalle que disparó la imaginación de la prensa satírica de la época: las dos puertas de hierro que dan a la parte interior de paseo. En aquel momento, las puertas parecían talmente las de un horno, y eso no pasó por alto a la revista Cu-cut, que al principio de 1907 bromeaba con un cocinero que pretendía asar un pollo en uno de esos supuestos hornos, delante la incredulidad de un policía municipal.
Y de la broma pasamos al esperpento: los supuestos hornos han dado paso a una leyenda urbana que habla de un peculiar sistema de calefacción para mantener los asientos a una temperatura agradable, una historia con la que todavía hoy es posible engatusar a turistas crédulos, capaces de maravillarse con cualquier curiosidad barcelonesa, sea verdadera o falsifica.
🏊🏼♀️ La grada del Poblenou, un legado histórico en estado deplorable
🩺 ¿Cómo llegará el Metro al futuro Hospital Clínic de la Diagonal?
¿Y exactamente para qué servían las puertas? Pues hay varias teorías, desde esconder los mecanismos para hacer subir y bajar las farolas hasta armarios para guardar recambios. Lo que sí que es cierto es que nunca sirvieron ni para asar pollos, ni para calentar los bancos. ¡Misterio resuelto!