El mural cerámico Rotonda dels Transports, situado en el vestíbulo subterráneo de la plaza Catalunya y que conecta la Rambla, la misma plaza y la calle Pelai con las estaciones de Metro y Ferrocarrils de la Generalitat de Catalunya, ha quedado completamente restaurado después de una intervención que se ha alargado desde finales de abril y que ha permitido recuperar en su esplendor original esta obra que, hasta ahora, se encontraba en un estado de conservación precario, con partes desaparecidas y una suciedad que le quitaba brillo. Según ha informado Transports Metropolitans de Barcelona (TMB) este viernes, la restauración se ha dado ya por acabada.

La intervención, que se enmarca en la celebración del centenario del Metro de Barcelona, ha consistido en tres fases sobre los seis paneles que componen el mural por parte del Servicio de Arqueología de Barcelona-Instituto de Cultura de Barcelona (SAB- ICUB) donde también han participado estudiantes del Escola Massana, ya que fue esta entidad la que creó el mural a finales de los años sesenta y alumnos de la Escuela Superior de Conservación y Restauración de Bienes Culturales de Catalunya (ESCRBCC), que se han encargado de las tareas directas sobre el mural. En torno al mural también se ha trabajado en trabajos de aseo del pavimento y las paredes, así como en la iluminación y en la limpieza del salomón o lámpara central que preside el espacio.

La presidenta de TMB, Laia Bonet, ha explicado que la restauración de este espacio es una acción más de TMB "para la conservación de elementos históricos presentes en la red" y que la misma intervención "permite dignificar uno de los intercambiadores con más pasaje de la ciudad". Además, ha recordado que esta actuación se realiza "coincidiendo con el centenario del metro de Barcelona" y sirve para seguir impulsando "la efeméride y seguir fomentando las colaboraciones con agentes culturales de la ciudad como el ICUB".

Trabajos sobre el mural

Una primera inspección sobre el mural por parte de los técnicos del Servicio de Arqueología de Barcelona, permitió establecer que el mural se encontraba en un estado de conservación malo. La principal alteración consistía en la pérdida de un total de 63 piezas de cerámica y el inminente riesgo de pérdidas suplementarias, por caída o vandalismo. A partir de aquí se realizó una documentación exhaustiva mediante fotogrametría y un reportaje fotográfico. También se hizo una investigación histórica de intervenciones previas sobre el mural y una definición concisa del estado de conservación, incluyendo el mapeado y las causas de las alteraciones.

Los trabajos se iniciaron con la limpieza del mural, incluyendo la eliminación de los elementos ajenos que se acordó retirar. También se han adherido las piezas fragmentadas, el reintegro volumétrico y pictórico de piezas y la fijación de las nuevas piezas realizadas por la Escola Massana, a partir de un seminario-taller para 12 alumnos. Por otra parte, la Escuela Superior de Conservación y Restauración de Bienes Culturales de Catalunya (ESCRBCC) también ha participado con seis estudiantes de las especialidades de arqueología y escultura en prácticas, que han trabajado bajo la tutoría del Servicio de Arqueología de Barcelona en la ejecución de los trabajos de restauración. Además, con la finalización de los trabajos, también se desarrollará un plan de mantenimiento consistente en medidas preventivas indispensables para asegurar al estado de conservación del mural a largo plazo.