El barrio de Sant Antoni, en el distrito del Eixample de Barcelona, arrastra de hace años problemas de suciedad y dejadez, en especial en la zona de las calles Aldana, Marqués de Campo Sagrado y el tramo inferior de Comte Borrell, que conforman una supermanzana largamente criticada que, con todo, tiene pendiente consolidarse y dejar atrás el perfil de urbanismo táctico. Se trata de un espacio altamente degradado y que tampoco ha mejorado con la reciente reforma de la ronda de Sant Antoni, que tampoco se ha salvado de las críticas. Ante esta situación, varias entidades han elevado el tono de sus quejas, ante una situación que es cada vez más insostenible.

Este fin de semana cuatro entidades elevaron sus quejas por medio de una carta dirigida a los concejales del Eixample i Ciutat Vella, Jordi Valls y Albert Batlle, respectivamente, donde se apuntaba que el problema del barrio "es mucho más que un problema de convivencia: es el reflejo de una pobreza estructural que desemboca en conductas incívicas y riesgos para todo el mundo". Firman esta carta Encants de Sant Antoni, Unió de Comerciants SOM Sant Antoni, la ONG De Veí a Veí y el Mercat de Sant Antoni y resumen cuatro situaciones "sintomáticas vinculadas a la pobreza": mercado de la miseria en la ronda de Sant Pau; venta ilegal de alimentos en la ronda de Sant Antoni; partidos informales en el espacio público, y consumo de drogas en la vía pública.

Además, este lunes, la asociación Sant Antoni Comerç (SAC), ha hecho público un comunicado donde se suma a las quejas y manifiesta públicamente la "profunda desazón e indignación ante el empeoramiento sostenido de la convivencia en el barrio, marcado por problemas crecientes de inseguridad, sinhogarismo, venta y consumo de drogas, falta de limpieza, incivismo y venta ambulante ilegal", además de considerar que "la situación que se vive diariamente en las calles afecta gravemente tanto los vecinos como el tejido comercial, y ha llegado a un punto insostenible que requiere respuestas urgentes y eficaces por parte de las administraciones públicas". Asimismo, a estas quejas sobre Sant Antoni se han sumado los grupos municipales de Junts por Barcelona y el Partido Popular, que reclaman más seguridad.