Después de dos décadas en desuso, el edificio del antiguo Cine Club Pedro IV, situado en la calle de Alfons el Magnànim, en el barrio del Besòs i el Maresme, en el distrito de Sant Martí de Barcelona, ha empezado a ser derribado este martes, para ser sustituido por un nuevo edificio municipal que incluirá la biblioteca Ramon d'Alòs-Moner, un auditorio en recuerdo del histórico cine y las instalaciones de la ampliación del CAP Besòs. El edificio actual es de titularidad municipal y su derribo dará respuesta a una larga petición vecinal para sustituir el inmueble por uno moderno que acogerá equipamientos necesarios para el barrio.
Según ha informado el Ayuntamiento de Barcelona, el derribo se hará por fases, algunas de las cuales serán manuales y otros con maquinaria, e incluyendo el desmontaje de las placas de fibrocemento existentes en el falso techo del interior del cine, siguiendo el protocolo que marca la Generalitat de Catalunya para el desmontaje de este tipo de material. La duración de los trabajos se prevé de 4 meses, y el presupuesto de ejecución es de 360.503,53 euros. Con este derribo se liberará un solar de una superficie de cerca de 1.000 m² en el cual se construirá un nuevo edificio de titularidad municipal, diseñado por el estudio de arquitectura de Jorge Vidal, de 5.200 m² de superficie, con planta baja más 6 pisos, y con un auditorio en planta soterrada.

El nuevo equipamiento tendrá tres grandes espacios:
- Un auditorio de usos múltiples en la planta sótano para todo tipo de actividades
- La biblioteca pública Ramon d'Alòs-Moner (actualmente ubicada en la Rambla Prim 87, compartiendo espacios con el centro cívico del Besòs)
- Las nuevas instalaciones del CAP Besòs en las tres plantas superiores del edificio, para doblar la superficie del actual, pasando de 1.500 m² a 3.000 m², con una conexión con el existente a través de una pasarela que integrará completamente los dos edificios
Este proyecto se despliega a partir de un convenio firmado entre Ayuntamiento de Barcelona y el CatSalut para hacer posible la ampliación del CAP Besòs. La inversión total que prevé este convenio es de 15.230.622 euros, de los cuales, 9,8 millones aportados por el Ayuntamiento de Barcelona (4 millones a través del Plan de Barrios para financiar los espacios de carácter comunitario y para entidades), y 5,5 millones del Departament de Salut de la Generalitat. En una primera fase, es decir, en la construcción del nuevo edificio, se prevé una inversión de 12,5 millones de euros y el resto, hasta llegar a los 15,2 millones de euros totales del proyecto, se invertirán en la segunda fase, que se iniciará de manera inmediata una vez finalice la redacción del proyecto de instalaciones por ampliar el CAP. Las dos actuaciones avanzarán de manera conjunta con el fin de optimizar al máximo los plazos. El calendario previsto para la ejecución del futuro equipamiento, pues, estima que hacia el mes de julio se iniciarán las obras de construcción del edificio principal, y que entre diciembre de 2025 y febrero de 2026 se acabarán los trabajos de todos los equipamientos.
El histórico Cine Club Pedro IV
El año 2010 el Ayuntamiento adquirió el antiguo Cine Club Pedro IV, que había sido propiedad del Grupo Balañá. Quedaba pendiente la adquisición de una pequeña parte del bloque, un local situado en los bajos en donde había una oficina bancaria. Durante el mandato pasado, el Ayuntamiento inició los trámites de expropiación, unos trámites que culminaron hace unos meses. Paralelamente, el Ayuntamiento realizó un estudio en profundidad del edificio, construido el año 1964, antes de tomar la determinación de derribarlo.
Lo sometió a toda una serie de diagnosis, tanto constructivas como de las estructuras, que pusieron de manifiesto toda una serie de problemáticas estructurales y edificativas: problemas de carbonatación en las vigas, deficiencias en el aislamiento térmico de fachadas y ventanas, falta de los elementos de protección contra los incendios, filtraciones de agua, instalaciones de los servicios obsoletas, y graves deficiencias de accesibilidad, entre otros. Ante estos resultados, se decidió que la opción más eficiente era la construcción de un nuevo edificio singular y moderno para ubicar los servicios y los equipamientos que reclama el barrio.