La polémica por el gag catalanófobo de un grupo de teatro formado por mujeres inmigrantes sudamericanas donde se hacía escarnio del uso de la lengua catalana en Catalunya, ha sido la gota que ha colmado el vaso para que el grupo municipal de Esquerra Republicana de Catalunya al Ayuntamiento de Barcelona haya reclamado al alcalde, Jaume Collboni, que "se ponga las pilas" en defensa de la lengua propia de los barceloneses. En este sentido, Elisenda Alamany, líder de ERC en el Ayuntamiento de Barcelona, ha anunciado que, después de mantener una reunión con Collboni sobre la cuestión, "los próximos días se nombrará la figura del comisionado del catalán".

De hecho, esta figura, que será una novedad en Barcelona, ya se previó en la renovación del cartapacio municipal el pasado mes de mayo, pero dos meses después todavía no se ha nombrado a ninguna persona responsable. Para Alamany, este comisionado o comisionada "no será una figura decorativa", sino que servirá para "poner la quinta" en la promoción y defensa del catalán con políticas como la activación de la oficina del catalán, la fábrica de contenidos digitales y la implementación del paquete de medidas de promoción del catalán pactado en su momento con ERC. El objetivo de esta figura, ha añadido Alamany, es el de llegar a 2027 "con unas cifras de uso social del catalán más esperanzadoras que las actuales y con una agenda renovada para el uso de la lengua".

Aunque la necesidad del comisionado ya quedó fijada en mayo, la polémica por "el inaceptable gag catalanófobo" ha vuelto a poner sobre la mesa la conveniencia de hacer el nombramiento muy pronto, porque, según Alamany, se ha convertido en una "figura prioritaria". La misma presidenta del grupo municipal de los republicanos ha recordado que la existencia de este responsable obedece a una petición de ERC, pero ha insistido en que el nombre del comisionado o comisionada "corresponde al gobierno municipal", señalando que tiene que ser Collboni el que haga el nombramiento.

Un gag que trae cola

El gag catalanófobo que se representó en la presentación pública del Informe del Observatorio de las Discriminaciones en Barcelona que tuvo lugar la semana pasada y donde, precisamente, se constataba que el 99% de las discriminaciones lingüísticas eran contra catalanohablantes, provocó la queja de Plataforma por|para la Lengua, que acusó el Ayuntamiento de Barcelona de amparar "un escarnio a los derechos lingüísticos de los catalanohablantes", ya que se hizo "mofa" de los derechos lingüísticos de los catalanohablantes. Poco después, la teniente de alcaldía Maria Eugènia Gay reaccionó expresando su "profundo malestar" por la representación, apuntando que el gobierno municipal, "no comulga en absoluto" con el mensaje de la representación, y pidió "disculpas" por los hechos.