La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, y el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, protagonizan sendas entrevistas este domingo en los diarios 'Ara' y 'La Vanguardia', respectivamente. Los dos hablan de la situación en la capital catalana, y lo hacen desde perspectivas bastante diferentes.

Con un discurso de autoconvencimiento, Colau defiende que es "evidente que Barcelona no está en decadencia", ya que así "lo dicen los datos". "Creo que al contrario, que Barcelona tiene muchos motivos para el optimismo. Han salido los datos del paro y Barcelona se ha recuperado mejor que ninguna otra capital del Estado", afirma la alcaldesa, que añade en la mencionada entrevista que a pesar de eso, "los vecinos y vecinas tienen motivos de queja", porque "hay temas puntuales, como puede ser la limpieza, en qué ya estamos actuando con un plan de choque", en referencia a los 70 millones extraordinarios que ha destinado el ayuntamiento a resolver los evidentes problemas de suciedad que ha vivido la ciudad los últimos meses.

"Hablar de decadencia responde a otros intereses que claramente no tienen que ver con los datos objetivos", considera Colau, que asegura que "desgraciadamente hay quien ya ha entrado en campaña electoral". De hecho, se ha referido explícitamente a Junts per Catalunya, de quien ha dicho que ha tomado un "discurso de enfrentarse al modelo de transformación que estamos impulsando".

Por su parte, el alcalde madrileño compite en entusiasmo con su homóloga barcelonesa y asegura que es la capital española la que tiene "una energía especial": "Tengo el pálpito de que somos como la Barcelona del 92, una ciudad que admirábamos. Veíamos la pujanza de una sociedad que miraba con optimismo el futuro, que quería crecer," ha afirmado Almeida, para aseverar: "Madrid ha tomado ese relevo".

Problemas comunes, como los macrobotellones

Tanto la alcaldesa catalana como el alcalde castellano coinciden en que las dos ciudades tienen problemas comunes, uno de los cuales es el de los macrobotellones. Para Colau se trata de un "fenómeno complejo", que pasa "en toda Catalunya y en toda España" y que relaciona con "la economía de la gente joven", pero alerta que lo más preocupante es que hay "pequeños grupos de delincuentes que se infiltran en estos botellones para hacer destrozos, pillaje o lo que sea".

Por su parte, Almeida considera que se trata especialmente de un "fenómeno que afecta a la convivencia pero que se puede transformar en un problema de orden público", y por eso señala la necesidad de "apelar a la responsabilidad de los que participan, que tienen que mantener las reglas de convivencia".

 

Imagen principal: Colau y Almeida coincidieron el pasado 8 de octubre en el Senado, con ocasión de la celebración de las jornadas 'Cities 2030' / Europa Press