La Sala Capitular es uno de los espacios menos conocidos por parte del gran público de la Catedral de Barcelona, pero en su interior contiene una riqueza pictórica que, ahora, gana en calidad gracias a la finalización de la restauración de uno de los cuadros que lucen en sus paredes, el Cristo crucificado. Se trata de una obra barroca de finales del siglo XVII que, tras diez meses de intervención, se ha reintegrado a su espacio habitual completamente limpiada y restaurada, luciendo de nuevo al lado de otras joyas artísticas como el retablo gótico de San Bernardino y el Ángel Custodio, de Jaume Huguet realizado entre los años 1465 y 1470, y la Piedad, de Bartolomé Bermejo, del año 1490. A diferencia de estas obras, se desconoce el nombre del autor del cuadro del Cristo crucificado.

En la presentación de este reintegro del cuadro a la Sala Capitular, el decano de la catedral de Barcelona, Santiago Bueno, ha recordado que la Sala Capitular es un espacio “solemne” donde los canónigos del Capítulo de la Catedral todavía hoy mantienen sus reuniones. En este sentido, Bueno ha destacado que en la Catedral de Barcelona, las tareas de restauración “no acaban nunca”, apuntando que todavía queda pendiente la restauración del retablo de San Bernardino. A su vez, el canónigo conservador del patrimonio cultural, Robert Baró, ha apuntado que la Sala Capitular, del siglo XVII, es “un espacio rico y potente iconográficamente” que, además, tiene el valor añadido de aportar un punto de diferencia artística en “un espacio dónde tenemos sobre todo la imagen del arte gótico”.

Un canónigo “inusual” donó el cuadro

La finalización de la restauración ha sido, al mismo tiempo, un nuevo inicio para la investigación que intenta averiguar quién fue el autor. El cuadro llegó a la Catedral hace 350 años coincidiendo con la transformación que se hizo en el templo por la canonización de San Olegario, que supuso la creación de la actual Sala Capitular, situada en el claustro. El 7 de mayo de 1865 el cuadro fue dado al Capítulo por el canónigo Pere Roig Morell, sacristán mayor de la Catedral, “un canónigo inusual”, según palabras del historiador Santi Mercader, especialista en la materia, que ha recordado que de Roig hay un retrato poco común a la iglesia del Pi, “representado como un esqueleto viviente”.

Restauració Crist Crucificat Catedral Barcelona / Foto: Carlos Baglietto
El decano de la catedral de Barcelona, Santiago Bueno, en la presentación de la restauración / Foto: Carlos Baglietto
Restauració Crist Crucificat Catedral Barcelona / Foto: Carlos Baglietto
Detalle de un eclipse descubierto durante la restauración, ya que la suciedad lo había ocultado completamente / Foto: Carlos Baglietto
Restauració Crist Crucificat Catedral Barcelona / Foto: Carlos Baglietto
Detalle del marco, que también ha sido restaurado / Foto: Carlos Baglietto

La restauración se ha llevado a cabo en las instalaciones del Centro de Restauración de Bienes Muebles de Catalunya (CRBMC), la directora del cual, Mireia Mestre, ha querido destacar la restauración como un “trabajo interdisciplinario” que ha permitido que “una obra que pasaba desapercibida porque estaba oscura y era difícil distinguir” haya recuperado su esplendor, del cual también forma parte su marco dorado, que también ha sido restaurado. Los trabajos, a cargo de David Silvestre e Irene Panadès (pintura) y Mireia Piqué (marco), han servido para limpiar y desinsectar de posibles plagas, consolidar el soporte de tela que presentaba un rasgón y diferentes pruebas radiográficas a partir de las cuales se podrá llevar a cabo una investigación para obtener más información sobre la obra.