Barcelona está empeorando. Esta es la percepción de la evolución de la ciudad en el último año que tienen un 60,1% de los vecinos, es decir, 6 de cada 10 habitantes de la capital catalana, según revelan datos del último barómetro municipal publicado por el Ajuntament. Mientras, solamente un 23,1% de los habitantes considera que la tendencia es la contraria, es decir, que la ciudad mejora, una cifra que crece con respecto al último sondeo de diciembre del 2021, según ha destacado Màrius Boada, director de la Oficina Municipal de Dades. Estas cifras contrastan con el hecho que un 54,2% de los encuestados se considera optimista ante el futuro de la ciudad, mientras que un 30% se muestra pesimista, que empeoran los resultados del pasado mes de diciembre, cuando la cifra de los que creían que la ciudad mejoraría era del 59%, mientras que los que veían el futuro más complicado era del 29%, un número similar al actual.

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Intención de voto en las elecciones a Barcelona / Gráfico de Maria López Moya

¿Cuáles son los principales problemas de Barcelona?

Con respecto a la gestión política municipal, el porcentaje de personas que la consideran "buena o muy buena" crece un 1,5% con respecto a hace seis meses y pasa del 37,4% al 38,9%, aunque sigue siendo más elevada la cifra de personas que suspenden la acción del Ayuntamiento, con un 47,1% de los encuestados. Por otra parte, la inseguridad y la limpieza se consolidan al frente de la lista de los principales problemas de Barcelona, según sus vecinos.

En este sentido, un 22% identifica como el principal inconveniente la inseguridad, una cifra que sube ligeramente desde el Baròmetre de diciembre, cuando era del 21%. En cambio, la problemática de la limpieza, un tema muy recurrente en las críticas sobre la gestión de Colau, desciende de manera poco notable, pasando de un 12% al 11,5%. Los siguen, como ya es habitual, la gestión de la política municipal (7,7%) y el acceso a la vivienda (7,3%) y el turismo vuelve a aparecer entre los principales quebraderos de cabeza de los barceloneses, después de que, con el fin de la pandemia, este haya vuelto a la ciudad. Concretamente, ha pasado de un 3 a un 6,1% en tan solo seis meses.

¿Cómo afecta a la inflación a los barceloneses?

Más allá de las preguntas sobre la intención de voto, la valoración de los líderes y de la gestión política de la ciudad, el Baròmetre también se fija en esta ocasión en el impacto de la inflación sobre los comportamientos de los vecinos de la capital en su día a día. Así, el aumento de los precios ha cambiado algunos de los hábitos más cotidianos: el 64,4% ha modificado el uso de los electrodomésticos con el fin de ahorrar (utilizarlos menos o cambiar el horario de las lavadoras, por ejemplo), y entre el 45 y el 51% ha reducido o piensa reducir el uso de calefacción, las salidas a bares o restaurantes, las salidas de ocio, el uso de aire acondicionado, la compra de alimentos o las salidas de ocio fuera de la ciudad. El 31,8% existir modificado o modificará sus planes de vacaciones. Aunque es un gesto mucho más minoritario, un 15,2% ha cambiado de compañía o tarifa eléctrica.