La modificación de la ordenanza de terrazas, que se someterá a la aprobación definitiva en el pleno municipal del próximo 23 de diciembre, tiene como objetivo principal el de consolidar las ampliaciones de las terrazas en calzada que se improvisó como solución de urgencia en la reapertura postconfinamiento a causa de la pandemia del coronavirus, aunque se reserva la posibilidad de denegarlas en espacios especialmente saturados, como la calle Enric Granados. Eso quiere decir que, en la práctica, las 1.400 nuevas terrazas que ahora ocupan espacio de calzada se podrán quedar donde están y sin que eso comporte una disminución del espacio ocupado en acera. Eso sí, se prevé que en verano del 2022 ya no queden bloques de hormigón delimitándolas y que todas ellas se hayan adaptado a algunos de los nuevos modelos homologados de mobiliario.

Después de que el lunes el grupo municipal de ERC rechazara el proyecto defendido por el gobierno municipal, este martes el primer teniente de alcaldía, Jaume Collboni y la segunda teniente de alcaldía, Janet Sanz, han salido a defender el proyecto, y lo han hecho acompañados del director del Gremi de Restauració de Barcelona, Roger Pallarols, en un evidente gesto que implica el visto bueno de bares y restaurantes a la nueva normativa.

 

En realidad, pocos cambios

Con todo, esta actualización de la ordenanza de terrazas del 2018, que continúa vigente, es en cierta manera, menor, e incluso el mismo consistorio se ha referido a ella como "cambios puntuales", porque más allá de la parte importante, consolidar las nuevas terrazas, el resto del articulado seguirá prácticamente inalterable. En este sentido, ha quedado descartada la posibilidad de que el espacio ganado en calzada restara espacio ocupado actualmente en acera, ya que estas se podrán mantener a condición de que cumplan los criterios vigentes de respetar la accesibilidad y las zonas de paso.

Según ha detallado Sanz, la nueva regulación está diseñada para "consolidar la mejora del espacio público y ayudar al comercio de proximidad, en este caso la restauración", y ha insistido en que la medida beneficiará especialmente aquellos establecimientos "pequeños e históricos". Por su parte, Pallarols ha considerado que "los bloques de hormigón han salvado puestos de trabajo" y se ha referido con optimismo a la nueva ordenanza como "una enmienda justa y digna para proteger la restauración más débil, de base". "És un mensaje claro a los establecimientos: podrán seguir teniendo terraza", ha añadido Pallarols.

Mano dura a situaciones como Enric Granados

Con todo, el Ayuntamiento ha insistido en que seguirán los controles e inspecciones para evitar situaciones de saturación, y en concreto se ha referido a la situación de la calle de Enric Granados, asegurando que en esta vía del Eixample, admitiendo alegaciones presentadas por JxCat, la FAVC y asociaciones vecinales, habrá terrazas que no podrán consolidarse.

Con respecto al apoyo político, el equipo de gobierno municipal cuenta a repetir con el consenso del 2018, cuándo se aprobó por unanimidad, y el hecho de incorporar las alegaciones presentadas por JxCAT es el reconocimiento implícito del previsible apoyo de este partido. De hecho, también Ciudadanos, Barcelona pel Canvi y el PP parecen proclives a la aprobación, ya que, como ha defendido Collboni, la modificación "no es de derechas ni de izquierdas". En este sentido, el único partido que parece que no dará apoyo será ERC.

En verano, terrazas sin bloques

La previsión con que trabaja el ayuntamiento una vez se apruebe la modificación es que en verano las terrazas en calzada que continúen ya dispongan del mueble homologado obligatorio, de manera que el 2022 será el año de la desaparición definitiva de los bloques de hormigón y elementos provisionales de las calles de la ciudad. Los restauradores podrán solicitar hasta el 28 de febrero la continuidad de la terraza, que estará condicionada al aval técnico y al cumplimiento de los criterios de la ordenanza de 2018 en cuanto a distancias y garantías de paso.

Además, para incentivar y facilitar el cambio, se lanzará una línea de subvenciones en la instalación de plataformas por un valor total de hasta 4 millones de euros, con ayudas de hasta un máximo del 50% del coste del mueble

En vigor el 1 de enero

El texto pasará por la Comisión de Ecología, Urbanismo, Infraestructuras y Movilidad de este martes y se someterá a la votación final del Plenario del Consejo Municipal del 23 de diciembre. De esta manera, el 1 de enero se prevé que entren en vigor los cambios puntuales que adaptan la normativa para consolidar las terrazas excepcionales ubicadas en calzada a raíz de la pandemia.

En mayo de 2020, el consistorio desplegó una serie de actuaciones extraordinarias para dar respuesta a la crisis sanitaria de la covid-19 con la instalación o ampliación de terrazas, y se priorizaba ubicarlas en la calzada. Se trataba de dar apoyo a la restauración, favorecer la viabilidad de los establecimientos y hacerlo de manera compatible con un espacio público más vivo y accesible y el cumplimiento de las medidas sanitarias.

Desde entonces, se ha concedido 3.618 licencias para nuevas terrazas y ampliaciones excepcionales que han salvado al menos 1.875 puestos de trabajo, según un estudio de la Universidad de Barcelona. Del total de nuevos permisos, 1.483 se han dado en espacios como cordones de aparcamiento, carriles de circulación y chaflanes. Eso ha supuesto la sustitución de 2.652 plazas de aparcamiento.

La actualización puntual de la regulación permitirá que estas terrazas puedan pasar a ser definitivas para dar continuidad a la actividad económica que generan, y que tengan una estética de calidad y un buen encaje con el paisaje urbano. Y se podrá sacar adelante el proceso de retirada de los elementos provisionales –bloques de hormigón y pivotes amarillos– para dejar atrás la provisionalidad que marcó la pandemia.

Los restauradores que quieran mantener las terrazas en calzada tendrán que disponer de un mueble-plataforma accesible y seguro dónde colocar las mesas y sillas. Para que puedan tener continuidad, pues, la modificación de la Ordenanza de terrazas integra los requisitos técnicos necesarios para admitir la instalación de las plataformas en calzada, favorecer una mejor ordenación del espacio público y hacer posible la retirada definitiva de los bloques de hormigón del espacio pública.

Así pues, la modificación de la ordenanza busca ganar espacio en calzada para las terrazas y dar seguridad jurídica a los nuevos muebles. Pero no hace cambios en el resto del articulado, ya que se mantienen los apartados vinculados en el procedimiento de otorgamiento de licencias, el régimen sancionador y las condiciones de accesibilidad y de implantación en el espacio público, por ejemplo.

 

Imagen principal: Una terraza de bar en Barcelona / Sergi Alcàzar