Distrito del Eixample de Barcelona cualquier día a cualquier hora del atardecer. Es la hora de sacar la basura pero desde que empezaron las obras de la Superilla el pasado agosto que los vecinos ya no encuentran los contenedores de basura en sus sitios habituales. Parte de ellos han sido reubicados, a menudo sobre la acera, en vez de estar en calzada o situados en los chaflanes, pero habitualmente más lejos y según denuncian los vecinos, en menos cantidad que antes del inicio de las obras. Eso ha comportado una imagen que se reproduce cada día a las horas que los vecinos sacan la basura, la aparición de pilas improvisadas de basura.

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Pila de basura improvisada en la calle Comte Borrell con Aragó / Foto: Jordi Palmer

Todo forma parte de los cambios que está comportando la transformación de cuatro calles del Eixample: Consell de Cent, Rocafort, Girona y Comte Borrell, en Eixos Verds, una adaptación específica del Model Superilla que prevé sólo pacificar estas calles y las plazas que se conformarán en los cruces con el peligro que comporta que el tráfico se congestione las calles adyacentes y que el comercio se resienta de una importante bajada de facturación, posibles problemas de futuro al cual se suman los del presente, como la incomodidad de las obras -incluida un espectacular escape de agua este mismo miércoles- y los problemas de suciedad que crea la falta o lejanía de los contenedores.

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Acumulación de basura en torno a una papelera en la calle Consell de Cent con Rocafort / Foto: Jordi Palmer

Así, cada atardecer y más allá de las zonas con contenedores -que a menudo no tienen suficiente capacidad para engullir toda la basura, que queda depositada a su alrededor en un problema que cada vez es más crónico en toda la ciudad y no únicamente en el Eixample-, en varios puntos de la zona de obras aparecen pilas improvisadas, como el chaflán de la calle Consell de Cent con Rocafort, donde una papelera hace las funciones de reclamo de bolsas y más bolsas de basura que se acumulan a la espera de que pasen el servicio de recogida y los operarios las recojan, no hay otra opción, manualmente.

También en Borrell con Aragó

Lo mismo pasa en el cruce de la calle Comte Borrell con Aragó, donde hacia las nueve de la noche un paso habilitado para peatones entre las vallas del perímetro de la zona de obras se convierte en un parapeto de bolsas de basura, también en torno a una papelera, en un tramo de calle donde han desaparecido los contenedores. La situación, denuncian comerciantes de la zona, se repite diariamente, sin que el Ayuntamiento de Barcelona plantee ninguna solución más que adaptar la recogida a las pilas de basura improvisadas. Teniendo en cuenta que se prevé que las obras se alarguen todavía hasta a principios del 2023, todo parece indicar que este problema no se solucionará hasta que, poco antes de las elecciones municipales, el gobierno municipal corte la cinta inaugural de los Eixos Verds.