TV3 es el medio de comunicación de referencia para entender el país. Y no lo ha conseguido solo por el idioma, los medios técnicos o la constancia. Lo ha hecho también porque los periodistas quieren trabajar en TV3 para convertirse en eso: referentes. Los presentadores de la casa son algo más por la fuerza del altavoz. Algunos quieren compartir su vida, una parte de su vida, si creen que con eso pueden ayudar. Un ejemplo es Núria Solé que quiso explicar que su baja fue debida a una enfermedad llamada depresión. Verla cada día haciendo el TN comarques ayuda a tantísima gente que la sufre. Acaba de pasar una cosa similar con una presentadora muy valorada dentro de la casa, Marta Carreras, la número 2 de Ariadna Oltra en Els matins y presentadora habitual en ausencia de Oltra.

Marta Carreras TV3

Es de Matadepera, tiene 38 años, está casada y tiene dos hijos de 7 y 5 años, Max y Pol. El Canal Súper 3 de la CCMA tiene un canal en Instagram donde entrevista a caras de la casa para que hablen de sus hijos. Marta Carreras ha hecho como todos los que han pasado, confesar lo que más le gusta ser la madre de Pol y Max. Pero hay un momento en que la periodista decide dar un paso más. Quiere hablar en público del dolor gestacional en primera persona. Quiere hablar de Jan, su tercer hijo que murió el pasado diciembre cuando todavía no había nacido. En una revisión ginecológica le dijeron a Marta Carreras: "No hay latido". Tuvo que parir a un bebé sin vida. El testimonio es emotivo de una manera visceral. La manera como Marta Carreras explica su forma de convivir con eso ayudará a entender uno de los tabúes del s. XXI, el dolor gestacional. Perder a un hijo durante el embarazo, en el parto o poco después de nacer. Hay que mirar y escuchar el vídeo por lo que explica y como lo explica Marta Carreras:

Marta Carreras durante la entrevista, TV3

Marta Carreras: "El diciembre pasado yo estaba esperando a un tercer hijo con muchísima ilusión y en una revisión la ginecóloga nos dijo que a Jan se le había parado el corazón y que estaba muerto. No podía seguir adelante. Fue como una pesadilla. Creía que me despertaría y que no sería verdad. No sabía como asumirlo y gestionar todo eso. Y sí que era verdad. Lo tuve que parir, me pude despedir de él. Tú tienes mucho miedo en el momento que te dan la noticia. Un miedo físico de decir Ostras ahora qué pasará. Después de pasar la parte física, que es salvaje, vuelves a casa y ves que has tenido un parto sin premio, que llegas a casa y te sientes vacía, también literalmente. Yo puedo decir que a Jan lo quiero, que lo he tenido en brazos y me he enamorado de él también al primer segundo. Pero no lo quiero como quiero a mis hijos con los cuales tengo mil conversaciones y convivo. Tengo añoranza pero no sé exactamente de qué. Después también me entra una parte de culpa, de pensar si tú has hecho alguna cosa que podrías haber hecho mejor. Te entra una parte de rabia, de decir cómo puede ser que eso pueda pasar y que no me puedan explicar el porqué. ¿Qué pasa, que no se investiga lo suficiente? Son muchas dudas, cuesta gestionalor emocionalmente, no las has vivido nunca y no se parecen a nada. Con esta sensación que todo este proceso lo tienes que hacer tú y poca gente te puede ayudar. Intentar que no se convierta en un tabú enquistado sino hablarlo con naturalidad, aunque cuesta. Yo pienso en ello mucho más de lo que lo hablo. Lo llevo dentro, tengo aquí dentro como una herida de vida que la llevo pero la llevo bien, y soy feliz pero la llevo dentro". Añoranza, culpa, rabia y felicidad. La vida y la muerte. Marta Carreras, gracias.