Luis Tosar es uno de los actores más brutales que hay en España. Intérprete descomunal, todos los papeles que hace te los crees. Qué talento, qué presencia ante cámaras, qué veracidad... y qué currículum. El gallego, a sus 54 años, puede lucir orgulloso su álbum de fotos ya que ha estado en infinidad de films y ha ganado un montón de premios. Atención a la lista, porque es de traca: La Comunidad, Sin noticias de Dios, Te doy mis ojos (Goya al mejor protagonista), La flaqueza del bolchevique, Miami Vice, Celda 211 (Goya al mejor protagonista), También la lluvia, Mientras duermes, Una pistola en cada mano, Musarañas, El desconocido, Yucatán, Quien a hierro mata, Maixabel, En los márgenes, El correo, La infiltrada, y tantas otras.
Pero Tosar, más allá de su talento como actor, de hacer muy bien su trabajo, es de esas personas que además de verlo en la gran pantalla, también merece mucho la pena escuchar lo que dice. Porque es una persona comprometida, que se moja, que alza la voz cuando lo que ve a su alrededor chirría y que hace frente a los que quieren limitar las libertades en España y a los que tienen comportamientos ultras, cosa que se estila mucho en este país. Un actor de los que también tiene opinión sobre las cosas, sobre la sociedad, sobre los políticos y sobre una España donde algunas cosas huelen a rancio
Lo ha comentado en una conversación que merece mucho la pena en El matí de Catalunya Ràdio, con Frederic Vincent (en sustitución de un Ricard Ustrell que está de baja por una intervención quirúrgica), a raíz de su última participación en una película, Golpes, que habla de dos hermanos, Migueli y Sabino. El primero es un delincuente que sale de la cárcel en la España de los años 80, que necesita dinero rápido y que reúne a la antigua banda en Sevilla para dar algunos atracos a sucursales bancarias, joyerías o casinos... Pero no lo tendrá fácil, porque la policía ha encargado el caso a su propio hermano, Sabino. Al delincuente lo interpreta Jesús Carroza, y al policía, Luis Tosar:
De esa España, la de los 80, pero también la de ahora, ha hablado Tosar. Y como siempre, se le ha entendido todo. "De alguna manera, es verdad que creo que desde hace un tiempo a esta parte tenemos la necesidad de revisitar una época que hasta ahora se había contado siempre desde el consenso". ¿Por qué ahora hay esta sensación, esta necesidad de revisar según qué épocas en España, como aquellos años 80 y los inicios de la democracia? ¿Por madurez? ¿Por ganas?...: "Sí... y porque yo creo que ha empezado a hacer un poco de aguas. Nuestra democracia ha demostrado que no es tan buena ni tan, tan sana como creíamos, y creo que el trabajo que se hizo entonces habría que haberlo realimentado hace tiempo, quizás nos hemos relajado demasiado y ahora empezamos a notar los efectos de que quizás esta democracia necesita un poquito de reforma".
Un Tosar, como siempre, extraordinario y con mucha sensatez, cuando ha dicho que "entenderse es posible, como especie estamos dotados para entendernos entre nosotros, de empatía, pero que hay que tener voluntad por cultivarla", dice hablando de los hermanos de la película, pero también "es la historia de este país". Y cuando le preguntan por la extrema derecha, su aumento y el negacionismo que hacen de una época oscura de España, y de los muertos que hubo, habla claro: "Me produce mucho dolor escuchar a chavalitos de 14, 15 años reivindicando la figura de Franco, como si ese señor no hubiese sido el que se alzó en armas un 18 de julio para reventar un gobierno legítimo, provocó una guerra de 3 años en este país que todavía seguimos pagando en dolor y con gente todavía enterrada en cunetas. No sé si realmente identifican que es la misma persona, que este señor sometió a este país a 40 años de sufrimiento, oscuridad y provocó muchas muertes. Me parece terrible que solo por puro rédito político haya gente trabajando para que esto sea así". Como siempre, se le ha entendido todo.