Que Ana Rosa es la más vasalla de los muchos vasallos que hay en España con los Borbones, es un hecho. Pero que su obsesión para rendir pleitesía constante a los reyes y ponerse la capa de defensora de Juancar, Felipe y compañía, a veces bordea el ridículo, también.

Ana Rosa Quintana (Telecinco)

Es lo que acostumbra a pasar cuando te llenas la boca de saliva elogiando todo lo que hace una familia plantada en el trono sin que nadie los haya votado. En un país de palmeros, es grotesco el intento constante de alabar a los miembros de la familia real, y de rebote, atacar a todos los que osan hacer un gesto contrario a los reyes. Y si ni siquiera hay estos gestos, se los inventan. Este martes en Zarzuela rindieron homenaje al 23-F. Felipe, con miserables palabras elogiosas sobre su padre en un momento donde precisamente su padre no puede dar lecciones de nada.

Ana Rosa Quintana (Telecinco)

Los partidos indepes ya dejaron clara su postura. Otros, fueron desfilando por el besamanos donde el monarca volvió a hacer el ridículo. Uno de los que fue a encontrarse con Felipe fue Pablo Echenique. El portavoz del grupo parlamentario de Unidas Podemos-ECP-GeC, por razones obvias, pasó por delante con su silla. Pero claro está, a la monarquísima Ana Rosa le molestó que Echenique... no se pusiera la mano en el corazón. Que a estas alturas de la película alguien como él le tenga que recordar a la presentadora que no puede hacer los movimientos que hacen el resto, es esperpéntico. Pero la galleta ha resonado bien fuerte:

"Yo no sé si esto es lo normal", lamenta Ana Rosa. Lo que no es normal es su miseria moral. Echenique no ha sido el único en cantarle las cuarenta: