Miren esta imagen. Es la imagen inmediatamente posterior a que el gran Dani Mateo haya confesado uno de los momentos más ruinosos de su vida, uno de aquellos momentos tierra, trágame que hacen que te quieras esconder, un muerto en el armario hilarante que ha revelado en un pódcast imprescindible, La Ruina, de Ignasi Taltavull y Tomàs Fuentes, donde los invitados revelan momentos de su pasado que no han podido olvidar... y no precisamente por guardar un buen recuerdo de los momentos en cuestión, sino más bien todo lo contrario.
Ni el invitado ni los presentadores han podido evitar ponerse las manos en la cara y bajar la cabeza, asumiendo un momento de vergüenza ajena máximo que ha vivido el presentador de Zapeando y El Intermedio en una playa. Pero vayamos por partes. Este verano el presentador catalán ha hecho una escapada hacia Irlanda, y precisamente desde Belfast ha mostrado estas imágenes a sus seguidores en redes:
Pero hubo un tiempo, en unos lejanos veranos de los años 80, donde lo que hacía Dani era ir de vacaciones a un pueblo de València con su familia. Y justamente, la ruina de Mateo, su recuerdo de vergüenza ajena, empieza en uno de aquellos años, siendo un niño, y por culpa de su padre, de quien habla con términos hilarantes: "La historia va sobre mi padre, una persona a la que nunca humillaré lo suficiente, ahora que tengo edad de vengarme. Mi padre me tuvo muy joven, 'tocaba', como hacer la mili, pues el chiquillo. Era una época en que nos ponían el nombre en la etiqueta (de la camiseta), para que mi padre, al abrazarme, supiera a quién estaba abrazando". Era una época sin consolas ni nada por el estilo. ¿Y cómo se entretenía el hombre?...: "Jodiéndome a mí la vida".
Para que nos hagamos una idea, su padre le hizo ver Tiburón con 4 años. Y con 6, Pesadilla en Elm Street. Quedémonos con la peli de Spielberg, con aquella aleta mientras suena aquella música brutal de John Williams. Unos años donde Dani, su padre y el resto de la familia veraneaban en Vinaròs.
El año después de ver Tiburón, operaron a Mateo de vegetaciones. Llevaba unos drenajes en las orejas, un gorrito de natación y unos manguitos. "Yo no podía ser más bonico. Había que tener muy poco corazón para hacerle algo malo a un niño así, con esa mirada que se le hace a un padre a los 5 años"... Pero su padre tenía que pasar el rato en la playa en Vinaròs en los años 80. ¿Y qué hizo? La familia tenía una barquita inflable de remos. Y el padre le dijo de ir ellos dos solos a estrenarla...
Rema que remarás, muy hacia el fondo, con las notas de la banda sonora de Tiburón resonando en la cabeza del pequeño Dani, su padre le dice: "'Venga, Dani, tírate aquí, que está muy clarita'. Y me tira al agua". Y una vez él estaba en el agua, el padre se levanta de la barca, coge un remo y empieza a gritar, mirando hacia donde estaba su hijo: "'No! No! A mi hijo no! Dani, sálvate! No! No le muerdas!!', y le empieza a dar con el remo al agua". El pequeño Dani consiguió trepar a la barca como un loco, y el padre, meándose de risa: ¡"Jajaja, te tendrías que haber visto! No le digas nada a tu madre!". Un momento que hace partirse de risa al público..., pero no acaba aquí la ruina del presentador.
Viajamos en el tiempo a 35 años después. A Benicarló, junto a Vinaròs, donde los padres de Dani tienen un apartamento. Él se está bañando y ve de lejos a su padre cruzando de lado la playa, "así como nadan los señores mayores, con la cabeza por fuera"... Y le vino a la cabeza aquel momento tiburón de cuando tenía 5 años, y pensó que la venganza es un plato que se sirve frío, 35 años después, y que había llegado la hora de vengarse de su padre. ¿Qué hizo él?: "Me sumerjo, voy así buceando, y cuando le veo pasar, le hago, con todas mis fuerzas, con las dos manos: ¡'Yaaaaaa!', como si fuera un tiburón atacando... Salgo... ¡y no era mi padre!... ¿A que duele? ¿A que da cosica"?.
¿Quién era aquel hombre a quien le provocó un susto de muerte?: "Un señor mayor, '¡¡pero chico!!', al que de repente uno que sale por la tele le hace eso, y mi padre descojonándose en la playa y diciendo 'si es que ha sido tonto de siempre'". Dani Mateo, como siempre, maravilloso. Y su padre todavía más.