El pasado mes de abril, el rey Juan Carlos pasaba por el quirófano para someterse a su última operación quirúrgica, cuando le sustituyeron la prótesis que le implantaron en la rodilla derecha en junio del 2011. Con aquella, eran ya quince las veces que el padre de Felipe VI pasaba por la ITV durante su vida, diez de ellas los últimos ocho años.

joan carles muletas

GTRES

Semanas después, Felipe hacía el paripé de engañar a los ciudadanos justificando que su padre no hubiera ido a Palma y se hiciera la foto oficial del verano con la familia real, porque se tenía que recuperar de una lesión: "no debe realizar actividades físicas intensas debido a la reagudización, por sobrecarga de apoyo, de una antigua lesión en la articulación cubitocarpiana derecha que le ha generado problemas musculares asociados en regiones cervical y lumbar derecha, que en este momento podrían verse agravados", decía un comunicado de la Casa Real que no se creyó nadie. Y menos, cuando se le vio de parranda cenando con unos amigos y bebiendo vino como si tal cosa.

joan carles koplovitz vino

@MonicaLimoni

Los últimos años de reinado de Juan Carlos se los pasó casi más tiempo en el hospital que en la Zarzuela, ya que se tuvo que someter a numerosas intervenciones quirúrgicas, muchas de ellas a cargo de su médico de cabecera, el traumatólogo Ángel Villamor, quien le implantó la prótesis el año 2011 y le cuidó el mismo año una rotura en el tendón de Aquiles de su pie izquierdo. Un año más tarde, con la vergonzosa rotura de caderas en Botsuana, el doctor le implantó otra prótesis, ahora en aquella zona, que se infectó y le provocó dolores insoportables.

joan carles foto cazando botswana

Fruto de estos dolores, la relación entre paciente y médico se rompió, como la cadera, según explica Vanitatis. Tomó su relevo el doctor Cabanela, y el rey se recuperó de los dolores y venció la infección. Pero el campechano Juan Carlos, muy de la broma, tenía ganas de hacer el travieso y decidió hacerles una jugarreta al servicio médico de la Zarzuela, como si no tuviera otra cosa que hacer.

joan carles muletas gtres

GTRES

Juan Carlos decidió pintarse la cara con Betadine, cubrió su nariz con esparadrapo, se puso una venda en la muñeca y les dijo sobresaltado que se había vuelto a caer. En palacio todo era consternación y ponerse las manos en la cabeza, hasta que el simpático monarca soltó una gran carcajada. Los médicos indignados. Y él quizás lo arregló diciendo "Pido perdón. Me he equivocado. No volverá a ocurrir". Todo un rey de un país jugando a médicos y pacientes pintándose la cara con Betadine para hacerse el enfermo... Juan Carlos se toma a broma las numerosas operaciones que pagan con sus impuestos los españoles. A ellos seguro que no les hace tanta gracia.