El arzobispo de Tarragona, Jaume Pujol, ha pedido a la Virgen de Montserrat "que ilumine a la catalana tierra en estos momentos de su historia para que encuentre el camino de la afirmación nacional". Habitualmente, el presidentes de los obispos de la Tarraconense (la conferencia de obispos con sede en Catalunya) utiliza expresiones más neutras como "nuestra tierra", por ejemplo.

Pujol ha hablado de "afirmación nacional" en la homilía de la misa en la Abadía de Montserrat este jueves, día de patrona de Catalunya. El arzobispo ha presidido la celebración central de la festividad junto al abad de Montserrat, Josep Maria Soler. Entre los títulos del arzobispo de Tarragona figura el de "Primado de las Españas".

En línea con la homilía del arzobispo de Barcelona en la festividad de Sant Jordi, el de Tarragona ha señalado que la afirmación nacional se debe lograr "dejando de lado cualquier confrontación entre los ciudadanos que viven en la misma tierra" y así ha recordado la "paz cristiana y perpetua en los pueblos de Catalunya" que pedía el obispo Torras i Bages en su Visita Espiritual.

Las alusiones al momento político son diversas. En otro momento dice que "las crisis en la sociedad y también en la Iglesia tienen que resolverse por el camino del diálogo desde la conciencia de que la verdad es poliédrica y que de ninguna manera podemos descalificar a otros (...)".

En la homilía, el arzobispo de Tarrragona insiste en la necesidad de la plegaria, inseparable del carácter misionero de la iglesia. El cristianismo no se propaga por imposición ideológica, y menos por imposición violenta; se propaga por atracción y fascinación. Cuando una comunidad vive en el amor y en la alegría, también en la pasión por la justicia, se hace atractiva y se difunde por ella misma".

Al mismo tiempo, ha defendido la actualidad de la religión. "No podemos permitir de ninguna manera que el cristianismo sea rechazado como obsoleto" porque "forma parte de la identidad de nuestro pueblo". Más adelante, insiste: "sería una pérdida muy grande para esta Catalunya que amamos tanto, perder sus raíces cristianas que la han configurado como pueblo".

Para Pujol "los cristianos tenemos un lugar en esta sociedad" porque "el cristianismo es humanizador", pese a las "sombras" de su historia. Ha añadido que deben defenderse "con voz fuerte" las aportaciones de la Iglesia "a la cultura, a la identidad, al arte" y a "la enseñanza y a la promoción de los hermanos más necesitados" (...) "no tenemos que avergonzarnos de ninguna manera".

También ha dicho que "tenemos que escucharnos unos a otros y todos escuchar la Palabra de Dios para encontrar el camino por el que la Iglesia debe renovarse".