Diálogo, convivencia, unión... El líder de Cs, Albert Rivera, ha hecho toda una declaración de intenciones en una carta en The New York Times, en que pide "un proyecto común para España" y prueba de clarificar "en el mundo" la cual pasa en Catalunya desmontando todo aquello que "los separatistas intentan vender de España".

Bajo el título "Nosotros, los catalanes, debemos en el mundo una explicación", Rivera da un repaso con pelos y señales por|para los acontecimientos que ha ido viviendo la ciudadanía catalana en estos últimos meses y, como no podía ser de otra manera, carga totalmente contra las actuaciones del Govern, mientras no deja de tirar flores a las de su formación.

Dando casi por hecho que "los lectores no tienen una comprensión clara de como eso [celebrar el referéndum y proclamar la DUI] ha podido pasar en una democracia europea próspera conocida por su libertad, tolerancia y autogobierno de las autonomías", el presidente de Cs justifica que, precisamente por eso, "los catalanes deben una explicación en el mundo" y, para hacerlo, explica su vida personal desde el día en qué nació.

Historia de un ataque

"Nací en Barcelona en 1979. Mi padre es catalán, hijo de una familia de comerciantes, y mi madre nació en Andalucía a una familia humilde y trabajadora", empieza el relato, que tiene como finalidad acabar explicando que el negocio de sus padres, "ahogado" por la crisis económica, ha sufrido, también, ataques de los separatistas radicales.

Separatistas radicales que difieren mucho de la gente de su formación, una formación que, quiere dejar claro, "contrasta con la caricatura franquista y represiva que los separatistas intentan vender de España", al mismo tiempo que se ampara en el aval del 91% de los catalanes en la Constitución española en 1978 para argumentar que, según su opinión, no tiene ningún sentido que ahora se defienda la separación de Catalunya del resto del Estado.

Su teoría, además, sobre los apoyos al proceso es clara: "El origen y el status socioeconómico son las variables que mejor explican el secesionismo en mi región: cuanto mayor sea el ingreso y más profundas las raíces catalanas, mayor será el apoyo separatista; como|cuanto más bajos son los ingresos, especialmente entre los que tienen fuertes vínculos con el resto de España, mayor será la preferencia por una España unida".

Supremacía separatista

Mientras Cs se dedica a pregonar una educación objetiva y con garantías, los independentistas "han utilizado [el sistema educativo) como lavadora el cerebro para el movimiento separatista iniciado hace cinco años", pretende dejar claro Rivera, al mismo tiempo que pone encima de la mesa que el PSOE ha tenido mucho que ver porque, según su opinión, "todo eso ha sido agravado por los gobiernos socialistas y conservadores de Madrid".

El error, pues, ha sido que diputados del Congreso "cedieran gradualmente los privilegios y la autoridad a los gobiernos nacionalistas de Catalunya sin supervisión ni coordinación" porque, según su opinión, eso les dio alas para promover el referéndum, un referéndum con que no están de acuerdo porque, subraya, "no todos los principios democráticos se pueden votar". De hecho, si no se puede ni hablar de referéndum, es, básicamente porque consideran que "los derechos civiles no son negociables" porque "millones de catalanes no pueden ser privados de su ciudadanía española y europea".

Y eso no es todo. Rivera aprovecha la ocasión para denunciar que "los jueces están siendo presionados para hacer su trabajo", así como que "el clima social se ha deteriorado hasta el punto de dividir a las familias y los amigos", entre otras cosas. Ahora bien. Si no fuera por ellos, por su apoyo al artículo 155 de la Constitución española, y porque el Senado dio luz verde para su aplicación, los catalanes ahora no podrían votar el 21-D "para acabar con esta locura".