La dimisión de este lunes del viceministro principal de Irlanda del Norte y miembro de Sinn Féin, Martin McGuinness, ha agravado todavía más la crisis de gobierno en la que está inmersa desde hace cerca de más de un mes. Su renuncia viene motivada por un desacuerdo con la ministra principal y líder del Partido Democrático Unionista (DUP), Arlene Foster, con respecto a un controvertido programa energético; y podría acabar con la convocatoria de unas nuevas elecciones.

De hecho, McGuinness ya hizo un llamamiento a una nueva convocatoria electoral y este martes el representante del gobierno británico en Irlanda del Norte, James Brokenshire, ya ha asegurado que esta situación hace que empiece la cuenta atrás por unas nuevas elecciones, que ha asegurado que ve más que probables. La ministra principal, sin embargo, cree que todavía hay lugar para "el optimismo" y, a pesar de lamentar la dimisión de su socio de gobierno, ha asegurado que está dispuesta a dialogar. Eso sí, asegura que se niega a dimitir.

La polémica se refiere al programa Incentivo para la Calefacción Renovable (RHI), que se estima que ha tenido un sobrecoste de 490 millones de libras (565 millones de euros). La ministra principal ha accedido a que haya una investigación sobre éste y que se cree un mecanismo para intentar recuperar el sobrecoste, pero se ha negado a dejar el cargo mientras se conoce el resultado de la investigación.

¿Y ahora, qué?

Pero, lejos de las declaraciones, ¿qué dice la ley sobre lo que tiene que suceder ahora? Cuando tenga efecto la dimisión, y en virtud de los acuerdos adoptados, la primera ministra pierde también su poder. Eso se explica con los Acuerdos del Viernes Santo, que establecen que el gobierno no puede funcionar si su ministro principal o su adjunto -el viceministro- dimiten, debido a que tienen el mismo estatus. Evidentemente, Foster puede conservar algunas de sus funciones hasta la convocatoria de elecciones, pero el papel sería muy limitado.

Por otra parte, Sinn Féin tiene siete días para nombrar a otro viceministro principal, pero éste ya ha anunciado que no lo hará. McGuinness, viceministro principal desde hace una década, ya avisó ayer de que su partido no propondría ninguno candidato para relevarlo. Por lo tanto, pasados estos días, el día 16 de este mes Foster tendría que convocar las elecciones.

La ley dice que es lo que tendría que hacer, pero no está obligada a hacerlo de manera inmediata. Eso sí, no lo puede hacer en un periodo no muy lejano de tiempo. Si convocara elecciones inmediatamente, éstas serían seis semanas después de convocarse. Sin embargo, la ministra principal podría utilizar la flexibilidad de la ley para esperar un tiempo y aprovecharlo para negociar con los otros partidos y evitar las elecciones. Por sus declaraciones asegurando que todavía puede haber lugar para el optimismo y para la negociación, parece que es eso lo que intentará.

El controvertido programa energético

El Sinn Féin, que forma parte del gobierno con el Partido Democrático Unionista (DUP) de Foster, había pedido a la ministra principal que se apartara del cargo durante la investigación sobre el citado programa, que la formación republicana denuncia que ha costado a los contribuyentes centenares de millones de libras. Debido a la negativa de la ministra principal de apartarse, McGuinness dio el paso de dimitir.

Según su opinión, la negativa de Foster a apartarse temporalmente del cargo es un "indicativo de una profunda arrogancia arraigada que está infligiendo un enorme daño al Ejecutivo, a la Asamblea y a toda la población". Además, McGuinness, en un comunicado, defendió también la necesidad de "unas elecciones que permitan a los ciudadanos hacer su propio juicio".