La start-up vasca CLCircular desarrolla y alquila sensores IoT para monitorizar en tiempo real de las condiciones de transporte de mercancías de larga distancia en todo momento, tanto para la distribución alimentaria como para la farmacéutica y otros sectores que no pueden romper la cadena del frío para que sus productos no perezcan. Su plataforma cloud registra y analiza, junto con la geolocalización, variables como temperatura, humedad, golpes o luz, para detectar la incorrecta manipulación de la carga. Estas soluciones tecnológicas van avanzando y, para ello, la firma que dirige Iñigo Alonso acaba de cerrar una ronda de inversión de un millón de euros suscrita por los fondos Easo Ventures, Enion Partners y Seed Capital Bizkaia, que han entrado en el capital de la marca integrada en el grupo Arctic Sea.

El objetivo de CLCircular es expandir esta tecnología en todo tipo de sectores y productos, y ampliar los canales, puesto que ahora básicamente se instalan en los contenedores marítimos, incluso para productos con márgenes muy bajos, gracias a su modelo de economía circular, que permite repartir el coste de la sensórica entre varios trayectos. Los fondos de esta ronda de financiación se destinarán a continuar con los desarrollos tecnológicos en marcha y a fortalecer la presencia internacional de CLCircular en Latinoamérica y Sudáfrica, donde existe un importante flujo recurrente de exportaciones de todo tipo de productos, en el dinámico mercado de Estados Unidos y en Róterdam, el puerto más importante de Europa. De esta manera, “CLCircular pretende posicionarse como un actor clave en el mercado global de la monitorización y la digitalización de las operaciones logísticas”, según Alonso, que destaca que la firma ha usado un sistema de monitorización mediante la incorporación de tecnologías como IoT, Big Data y blockchain.

El consejero ejecutivo de Arctic Sea manifiesta que “la nueva tecnología marcará una diferencia significativa en la reducción del desperdicio de alimentos y en la preservación de la calidad de las mercancías durante el transporte” y en toda la cadena logística. Con un elevado potencial para impulsar la sostenibilidad y la eficiencia en la industria logística, las soluciones de CLCircular están implantadas en cadenas de distribución como Del Monte, Eroski, San Miguel o, en el sector sanitario, el grupo HNP Healthcare. Además, CLCircular potencia la economía circular, puesto que los sensores que, por ejemplo, se instalan en los contenedores marítimos, se recuperan una vez la mercancía ha llegado a su destino y se utilizan posteriormente para otro cliente.

Con sede en Mungia (Vizcaya), el grupo cuenta con filiales en EE. UU., México, Guatemala, Colombia, Perú, Ecuador, República Dominicana y Sudáfrica, y presta servicios a empresas líderes en los sectores de la alimentación y la distribución desde 2014. Según sus responsables, hay datos que muestran que casi el 30% de los alimentos que se producen en el mundo se echan a perder, por lo que la monitorización de la cadena de frío es fundamental, y que la huella de carbono del desperdicio alimentario supone el 8% del total de emisiones de carbono, por lo que monitorizar los parámetros ambientales en transporte y almacenaje de los productos supone una importante mejora para el medio ambiente. También aporta una gran ventaja en la gestión de las mercancías que requieren un control de temperatura, ya que se estima que el 80% de estos productos se gestionan de forma inadecuada. La firma ha ido avanzando en el desarrollo de los sensores y su programación, de manera que da más indicadores de la situación ambiental del producto transportado y permite una acción de prevención para que no se rompa la cadena del frío. Los sensores de CLCircular miden distintos parámetros, como la temperatura, la humedad relativa, la luminosidad (para la apertura de puertas) y los golpes. Y además geolocalizan la carga en tiempo real y asegurar la trazabilidad de los productos.

A nivel global, la plantilla del grupo está formada por 34 personas, la mitad de las cuales en la central de Mungia. La facturación registrada en 2022 fue algo superior al medio millón de euros, pero las previsiones apuntan a doblarla en dos años y a entrar en números verdes alcanzando la rentabilidad. Un 30% de los ingresos se destinan a I+D.