La sostenibilidad como eje de la nueva economía. Esta es la idea principal que circula en las grandes corporaciones, pero también en pequeñas. Una situación forzada, por la situación actual y el inevitable cambio climático, pero también por una actitud de concienciación. Esta semana, desde la Barcelona New Economy Week (BNEW) que se celebra en el DFactory de Barcelona se están planteando retos para remar a favor de una doble sostenibilidad: la ecológica, pero también la económica. Y en esta vertiente, una de los temas que más toca de lleno en nuestro país es la sequía incesable desde hace más de un año. Por todo ello, en una de las sesiones, se ha debatido cómo las empresas pueden experimentar nuevas formas de consumir menos agua. Y, muy concretamente, el foco se ha puesto en el sector turístico.

Lucia Gusmaroli, manager de la Catalan Water Partnership, ha subrayado: "No se trata de señalar a nadie y, además, tenemos estudios que indican como otros sectores como la agricultura o el segundo sector de la industria gastan más agua, pero es en el turístico donde también se debe incidir". En esta línea va Carlos García Castañeda, responsable de OT e ingeniero de Duscholux: "La población está súper concienciada y si nos fijamos en Barcelona es una de las ciudades donde el consumo de agua es menor, también en todos los sectores, ya hacen grandes esfuerzos". Pero sí coinciden en que, en términos generales, las personas "dejan de ser conscientes de esta realidad cuando salen de vacaciones porque se relajan". Y, al otro lado de la moneda, es interesante ver cómo también el propio sector turístico se está reciclando para encontrar nuevas soluciones.

Dependencia turística

De todas las que se han expuesto en esta jornada destacan las que ha aportado Ester Vilanova, directora de soluciones digitales de AMPHOS2, que también han ido en la línea de la de Ramón López, responsable en AGBAR de ecosistemas de innovación: "La inteligencia artificial será básica y también la mejor gestión de los datos. Todo ello no se trata de verlo como una forma de controlar, pero con esta información se puede trabajar mucho mejor". Hay ejemplos de ello que ya existen en la actualidad, como que la agua que llega a los hogares es una combinación de la procedente de diferentes ríos e incluso pozos de agua. Para que esta tenga más recorrido se puede tratar y cambiar la concepción social que hay de ella actualmente cuando hablamos de agua reciclada.

El peso económico

Pero lo más básico es gastar menos. El sector turístico lidera propuestas empíricas como construir baños de habitaciones donde se ponga una ducha en lugar de una bañera. Pero también el tratamiento de la agua que se le pueda dar a las piscinas o iniciativas que hagan tomar conciencia al cliente final. En un comunicado la FIHRT (Federación Intercomarcal de Hostalería, Restauración y Turismo) da por hecho que "la industria turística se enfrenta a unos meses duros" al tratarse de una sequía histórica. "¿La fórmula ideal sería cómo afrontar una situación de emergencia sin perjudicar ni a la ciudadanía ni a la marcha económica del país?". Recuerdan que si el turismo se paraliza se afecta directamente al 15% de los puestos de trabajo y al 12% del PIB de la economía del país.

El sector se esforzará por sensibilizar al cliente para que, sin repercutir en los estándares de confort, sean parte activa en el uso racional del agua. Y pide al gobierno que ayude al sector turístico en lo que sea necesario para que este episodio perjudique lo menos posible el desarrollo de la próxima temporada turística. Consideran que una mala gestión hacia el sector podría afectar al prestigio de Cataluña como destino turístico. El problema actual, para los empresarios, "no viene de ahora, sino de la mala planificación de los gobiernos y de los vaciados de los pantanos y embalses realizados por las hidroeléctricas, con un carácter puramente especulativo", concluye FIHRT.