Ni los alcaldes de los municipios por donde pasarán ni tampoco la Generalitat quieren que tres cables de alta tensión de hasta 440 kilovoltios de Forestalia de 97, 272 y 180 kilómetros crucen Catalunya para surtir de electricidad procedente del excedente de energías renovables con el que cuenta Aragón y le falta a Catalunya. Tampoco el Ministerio de Transición Ecológica, que reconoce en declaraciones a ON ECONOMIA que "resulta difícil entender la lógica energética y la lógica ambiental que pueda haber en líneas de evacuación de cientos de kilómetros". Pero ninguna de estas oposiciones, como tampoco la del pleno del Parlament que votó el pasado viernes contra las líneas Baix Cinca - Pierola, Valmuel - Begues y Laluenga - Isona ante la presencia de 20 alcaldes y cargos locales contrarios al proyecto, frena por ahora el avance de unos cables que ya cuentan con autorización previa del Gobierno español y con Declaraciones de Impacto Ambiental (DIA) favorables, aunque condicionadas.

Las tres Declaraciones favorables de Impacto Ambiental que el Ministerio de Transición Ecológica reconocen impactos sobre la flora y la fauna, especialmente las aves, y dejan constancia de que están condicionadas a los informes ambientales elaborados por la Generalitat, salvo una en que este condicionamiento no queda patente en el Boletín Oficial. El Govern, sin embargo, ya ha mostrado su disconformidad con asumir esta responsabilidad, ya que entiende que es el Estado quien tendría que haber tumbado estos proyectos. Desde el Govern no pueden condicionar políticamente un informe que es técnico, pero además temen que aunque sea negativo no sea al final vinculante. "Si el Ministerio decide que es prioritario, lo llevarán a consejo de Ministros sea cual sea nuestro informe", alertan voces de la Conselleria d'Acció Climàtica. La línea entre Grañén y Hostalets de Pierola es la más larga, con 272 kilómetros, y la única cuya autorización previa no está condicionada a un informe del Govern, mientras que la que va de Valmuel a Begues proyecta 180,5 kilómetros y la de Laluenga e Isona tiene 97 kilómetros.

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Líneas de alta tensión. Fotografía: Europa Press

La desconfianza que el propio ministerio ha expresado no les convence. Fuentes del ministerio explican a ON ECONOMIA que son conscientes "de que incluso las tecnologías energéticas más limpias y sostenibles tienen impactos visuales, acústicos y espaciales" y defienden "un modelo energético más distribuido y diversificado", que son literalmente las mismas palabras que utilizan el Govern y los activistas. Con todo, dentro de la "normativa ambiental garantista de ordenación del territorio que solo autoriza proyectos respetuosos con el medio ambiente" y que recoge "las medidas correctoras necesarias", la MAT de Aragón ha pasado los primeros filtros, con informes que eso sí alertan de los riesgos para la fauna y los cultivos locales. 

"Resulta difícil entender la lógica energética y la lógica ambiental que pueda haber en líneas de evacuación de cientos de kilómetros", asevera el Ministerio, que insiste en que "las DIA otorgadas por el MITECO pueden estar condicionadas a la aprobación de otras administraciones en los ámbitos de sus competencias, como sucede con alguna de las líneas de evacuación entre Aragón y Cataluña"."Tiene mucho más sentido que las instalaciones renovables evacuen en nudos próximos y no planteen líneas de estas características", prosiguen las mismas fuentes, con argumentos casi idénticos a la Generalitat que, no obstante, son insuficientes a día de hoy para frenar el proyecto. "No obstante, la legislación indica que cuando un promotor de un proyecto de renovables solicita su acceso a la red eléctrica para evacuar energía, se le debe indicar el punto donde podría hacerlo, con independencia de la distancia que haya entre la instalación de generación y el punto de conexión concreto a la red. Le corresponde al promotor asumir los riesgos que implica la construcción", advierten desde el Gobierno. 

En definitiva, las voces de todas las administraciones están alineadas en contra de la MAT o bien la cuestionan, pero la MAT por ahora sigue adelante. Desde Acció Climàtica señalan que estaba previsto que unas líneas de Red Eléctrica pasaran por ese territorio, pero estas sí que tenían un sentido, "porque permitían subestaciones para repartir energía alrededor del territorio" y porque eran de menor voltaje y con menor impacto del territorio. "Las líneas de muy alto voltaje de Forestalia tan solo benefician económicamente a la empresa, no aportan nada al territorio", añaden, así como alertan de que mucha energía se perderá por el camino al ser estas líneas de tanta distancia. Normalmente, los cables que salen de la productora a una subestación son cortos y son después, en distribución, al repartirse por el territorio, cuando se alargan, por lo que esta línea que va directa de los parques eólicos a la red con distancias kilométricas es una rara excepción.  

Forestalia, un gigante aragonés en expansión

Forestalia, empresa aragonesa en expansión, gestiona más de 1.000 megavatios de energía eólica y solar, ha autorizado 3.400 más y espera alcanzar los 4.000 solo en Aragón, que es la segunda comunidad autónoma con más energía renovable de España y ya empieza a querer dar salida a su excedente. La situación contrasta con Catalunya, rezagada tanto en eólica como en solar y que difícilmente llegará a sus objetivos de 2030. Pero la forma de transportar esta energía de sus parques eólicos a la red eléctrica choca con casi todos los actores políticos implicados. Catalunya tiene 1.800 MW de potencia renovable y Aragón casi la triplica con 5.028. Si Aragón produce un 77% de su energía con renovables, Catalunya tan solo produjo un 14,2% el año pasado. Para hacer lobby por las renovables, Forestalia ha apostado por incorporar a ex cargos políticos y técnicos y, concretamente, para mediar con las administraciones por las MAT, incorporó como asesor al ex conseller de Interior y también de Empresa Felip Puig. 

Aparte de reunirse sin éxito con los alcaldes (todos ellos siguen oponiéndose a la MAT), Puig llegó a defender la línea en platós de TV3 asegurando que "si esa energía tuviera que generarse en Catalunya, habría que utilizar 10.000 hectáreas de parques fotovoltaicas". "Estamos haciendo competencia a Red Eléctrica de una forma que la ley permite", agregó Puig. 

La aplastante superioridad de Aragón en renovables es, en parte, por las facilidades administrativas concedidas por la comunidad, "pero también por sus condiciones geográficas", advierte el experto Albert Banal-Estañol, doctor en economía y especializado en energía, industria y regulación. Para Banal-Estañol es un error creer que la Generalitat sea en este asunto una víctima de Forestalia, puesto que "Catalunya necesita aumentar la cantidad de energía renovable que tiene y debe preguntarse cómo, sobre todo si quiere cerrar las plantas nucleares". "¿Se puede hacer con energía de aquí y de forma distribuida? Eso sería lo ideal, pero vemos que hay una gran oposición del territorio cada vez que se plantea la construcción de renovables. Estamos en un punto en que el gobierno central acepta porque no ve alternativas", desarrolla Banal-Estañol, que recuerda que cuando era presidente de Som Energia sufrían para poder instalar renovables en el territorio. Coincide con el resto de actores en que la renovable de proximidad es la ideal, pero entiende que se erijan estas líneas como alternativa, si bien defiende que Forestalia "debería explicar su proyecto abiertamente al territorio".  

La plataforma No a la MAT Catalunya, que se opone a los 367 kilómetros en total de las tres líneas de Muy Alta Tensión (la más larga, de 272 kilómetros entre Grañén y Pierola) denuncia el impacto sobre suelo agrario de estas líneas, la cercanía con algunas viviendas y las molestias para los 78 municipios afectados, así como la amenaza sobre algunas especies de aves, sobre el territorio e incluso el posible riesgo de cáncer asociado a las ondas electromagnéticas.

La propia Declaración de Impacto Ambiental del estado analiza el impacto sobre 14 especies de aves, especialmente sobre una especie de águila en peligro de extinción. En Navarra, donde Forestalia también ha planteado una línea similar, el gobierno autonómico también ha mostrado ya su rechazo, como, por otra parte, ha sucedido siempre que se ha planteado una línea de muy alta tensión (MAT) en Catalunya, como la que Red Eléctrica culminó en Girona cruzando los Pirineos desde Francia tras meses de movilizaciones. La protesta más extrema contra aquel proyecto la protagonizó un activista que se enterró dentro de su caravana en un agujero que él mismo había excavado y que llenó de tierra.