El pleno monográfico del Parlament sobre energías renovables ha servido este martes para abordar una misma realidad, la de la Catalunya de las renovables, desde dos ángulos opuestos: el éxito del autoconsumo frente al fracaso generalizado en renovables por la potencia instalada y generada. Por más que el presidente de la Generalitat, Pere Aragonés, ha insistido en el "impulso" a la energía renovable de los últimos años y en que Catalunya es "el territorio del estado con más instalaciones de autoconsumo", la oposición lo ha tenido fácil para echar por tierra los argumentos. Lo ha hecho recordando, de diversas maneras y echando mano de los informes recientes, que Catalunya sigue muy rezagada en renovables. 

El máximo responsable del ejecutivo ha celebrado la aprobación de 3.000 MW en renovables aprobados en los últimos dos años, los 100 proyectos desencallados y los 429 en marcha. Pero aunque es cierto que estas cifras son considerables en comparación con los años anteriores, no lo es en comparación con otros territorios.  

Castilla y León, por ejemplo, que ya tiene 12.544 MW de energía renovable instalados, vio cómo en 2022 se aprobaban 59 emprendimientos que llegan a los 7.625 MW solo en macroparques de más de 50 MW que necesitan la aprobación del estado, de los cuales en Catalunya no se aprobó ninguno. 

En peor lugar queda Catalunya si en vez de fijarnos en la aprobación de proyectos atendemos a la instalación, puesto que en 2022 tan solo instaló 73 MW de eólica y 466 MW de fotovoltaica

Especialmente dura con el Govern fue la portavoz del PSC Silvia Paneque, que resaltó que Catalunya está "a la cola de Europa", pidió "un giro de 180 grados" y afirmó que Catalunya produjo en 2022 energía "de manera más bruta" que el año anterior agarrándose al informe OberCat el Observatori de les energies Renovables de Catalunya. 

Menos porcentaje de renovables

En efecto, el OberCat, publicado en junio de este año concluyó que en 2022 los 5.912 GW que se cubrieron en Catalunya con renovables tan solo fueron el 14,2% de la generación total, por debajo del 17% del año 2021. La caída de la hidroeléctrica, precipitada por las sequías, no fue compensada ni de mucho menos por la generación eólica o fotovoltaica, aún encallada en Catalunya por los trámites burocráticos y la resistencia de los territorios. 

Se trata, además, de un porcentaje muy por debajo del español, que alcanzó en 2022 el 42% de la energía a través de fuentes renovables, camina hacia el 50% según apunta Red Eléctrica y llegó al 77% en Aragón y al 89,7% en Castilla y León, comunidades eso sí mucho más extensas y menos densas que Catalunya. 

"La energía renovable se mide por potencia instalada y no en trámite" ha apuntado también Paneque. Catalunya tiene ahora mismo algo más de 1.800 MW de potencia en renovables instalada contando eólica y solar, casi 10 veces menos que Castilla y León. El año pasado, la amplió en 405 MW de los 8.312 que se instalaron en España. 

Paneque también preguntó por el estado de los 1.600 MW autorizados en el último año, a lo que fuentes del Govern consultadas por ON ECONOMIA responden que "suelen pasar dos años entre la licencia de obras y la construcción". Así, parte de estos 1.600 MW ayudarían a alcanzar la meta que se ha puesto el Govern para el final de legislatura, de llegar a instalar 3.000 MW en 2025. 

Además de estos 1.600 ya autorizados, el Govern trabaja con 1.000 MW con Declaración de Impacto Ambiental aprobado, 1.000 MW en información pública y 1.600 pendientes de la suficiencia documental. En total, 5.000 MW en marcha que ocupan parte de los 14.000 MW (14 GW) a los que en su día dio luz verde el entonces presidente Quim Torra con el decreto de 2019 para acelerar las renovables que en la sesión de este martes ha rescatado también el portavoz de Junts Ramon Tremosa. 

"Los 14 GW no existen. Decayeron con la aprobación del decreto 24/2021 porque se les exigía un acuerdo con el 50% de los propietarios de los terrenos", explican fuentes del Govern, que aclaran que los proyectos correspondientes a esos 14 GW se superponían en el mapa sin orden ni concierto, aunque algunos de ellos han vuelto a iniciar el proceso documental y están entre los 5.000 con los que trabaja el Govern. 

Acelerón insuficiente

La aceleración del Govern, en cualquier caso, no es suficiente como para ponerse al día con los objetivos de cara a 2030 y 2050, para cuando Catalunya se ha puesto como meta alcanzar los 12.000 MW y 62.000 MW respectivamente para alcanzar las cero emisiones, cifra que supondría instalar unos 1.400 MW por año para la primera meta y 2.200 por año para la segunda. 

Las cifras andan muy lejos de lo que puede resolver el autoconsumo, que ha superado en Catalunya las 86.000 instalaciones y la sitúa como líder del estado en este capítulo, pero con una capacidad de unos 700 MW. Al mismo tiempo, eso sí, los parques fotovoltaicos de suelo son en Catalunya un asunto pendiente anecdótico en el parque solar catalán. Es por eso que el éxito en este apartado, en el que España produce 5.211 MW, no es significativo en términos porcentuales en relación con la energía renovable necesaria para descarbonizar el país. 

La contratación de personal público y la creación de la empresa pública L'Energètica, con la que el Govern espera ser al menos dueño de la energía que consumen sus instituciones, si bien también se convertirá en comercializadora, son algunas de las medidas defendidas por Aragonés durante el pleno para poner en valor su gestión.  

A la espera de que se aprueben las normas definitivas para la subasta de la eólica marina que pueden dar un impulso de hasta 1.200 megavatios, la posible dependencia de Aragón por las líneas de alta tensión aprobadas por Forestalia para importar parte de su excedente en renovables fue otro de los temas que planeó sobre el pleno. 

El conseller de Acció Climàtica, David Mascort, apuntó también a un trabajo a corto plazo de la Generalitat para "almacenar" las renovables, que deben ser consumidas al momento en el caso de la eólica y la solar cuando no hay baterías. Tremosa, por su parte, planteó el potencial de las hidroeléctricas reversibles para ampliar el parque renovable, cuestiones todas ellas que marcarán la agenda pública catalana de la energía en los próximos meses.