Las lluvias, que han impulsado la energía hidráulica, y no la instalación de solo 81,92 MW nuevos de energías limpias, han hecho que Catalunya mejore la aportación de renovables a la electricidad en el 2024. Pero el 18,6% que suman fotovoltaica, eólica e hidráulica está todavía muy lejos de la dependencia nuclear catalana, que cubre la mitad de su luz con los reactores y un 15,4% con importaciones de otros territorios, segunda fuente principal de electricidad catalana. Catalunya depende en un 65% de los reactores nucleares y las importaciones de electricidad y en un 82% si sumamos los ciclos combinados de gas y cogeneración.

Mientras los portavoces del Observatorio de Energías Renovables de Catalunya (Obercat) presentaban estas cifras y alertaban de que Catalunya solo ha cubierto un 20% de sus planes de descarbonización eléctrica camino en 2030, el Gobierno retiraba la votación del decreto 12-2025, aprobado el pasado mes de junio y que justamente pretendía acelerar las renovables y regulaba a las baterías en Catalunya. Un paso atrás que dificultará el difícil reto de Catalunya con las renovables: multiplicar por cinco en cinco años la potencia instalada.

Vigente hasta el próximo día 21, el decreto decae ante la falta de apoyos en el Parlament, ya que Junts y Esquerra se habían pronunciado en contra. Se trata de una ley que preveía acortar los tiempos administrativos y simplificar los trámites y facilitaba la conversión en proyecto de interés público de proyectos renovables a fin de que no se frenen tanto por recursos y quejas.

"Es una muy mala noticia para la transición energética y para la economía catalana", expresaba Gorka Martí, director de servicios de Sonnen en España y uno de los responsables de Obercat.

Antes no se refleje este decreto en la aceleración de los trámites, "el plazo medio sigue siendo de mil días para que arranque un proyecto de renovables", señalaba la co-delegada de la patronal fotovoltaica catalana Unefcat, Helena Badger, que hacía inciso en el hecho de que "unos 65 proyectos han caído por culpa de estos plazos".

Tanto ella como el presidente de la patronal eólica Eoliccat, Víctor Cusí, se quejaban también de los 12 millones en tasas que han pagado los proyectos renovables sin que eso haya ayudado a acelerar la tramitación de proyectos. La tramitación urbanística es la responsable del freno en muchos de los proyectos una vez han recibido autorizaciones de la Generalitat.

Catalunya tuvo el año pasado una demanda eléctrica de 44.112 GWh, un 0,7% menos que el 2023, de los cuales 22.178, la mitad, se cubrieron con los reactores nucleares de Ascó y Vandellòs. A pesar de retroceder un 1,6%, la nuclear representó un 50,3% de la demanda. Eso supone una dependencia de más del doble que en España, que generó un 19,57% de su electricidad con nucleares.

En contraste, la aportación de las renovables estuvo en Catalunya tres veces menor que al conjunto del estado, con una aportación del 18% delante de un 56% español. Todos los planes europeos, españoles y catalanes apuntan la necesidad de aumentar la producción de renovables a fin de que bajen las emisiones de CO₂ y, por lo tanto, se ayude a contrarrestar el cambio climático. Las renovables también más baratas que el resto y aportan una soberanía más elevada que el gas, que depende de las importaciones, y que la nuclear, que depende del uranio.

Sin embargo, la nuclear también se considera una energía sin emisiones y, en caso de que se cumpla el cierre catalán progresivo de las tres centrales previsto para 2030,2032 y 2035, Catalunya tendría que incrementar el uso de importaciones de electricidad y de energías de origen fósil como el ciclo combinado de gas.

En el balance de intercambios, aumentó su dependencia de las importaciones, que sumaron un 15,17% del total de la demanda, 6.789 GWh, un 8,1% de lo que necesitó en 2023 y un punto porcentual más de proporción sobre el total, que el año anterior fue del 14,2%.

Los ciclos combinados, a pesar de caer un 17,6%, también aportaron más que cualquier fuente renovable por separado, y fueron el tercer origen de electricidad con un 11% de la demanda eléctrica. Sumando la cogeneración, el gas fósil quemado ha aportado un 18,2% de la demanda eléctrica.

Con respecto a las renovables desglosadas, la hidráulica cubrió un 9,6% de la electricidad y ha aumentado su aportación un 62% con respecto a los años anteriores, marcados por la sequía. La energía eólica ha aportado menos en el 2024 que el año anterior y suma un 6,4% de la demanda.

La fotovoltaica tan solo ha sumado el 0,95% de la demanda eléctrica a pesar de haber crecido un 4,3% y el resto de renovables (biogás, residuos, solar térmica y biomasa) han aportado 887 GWh y el 2% de la demanda eléctrica.

Una de las buenas noticias compartidas por el Obercat es el avance de las baterías de almacenaje, que cuentan ya con 2,2 GW de potencia con permisos de acceso concedido y 4,1 GW en curso.