Negociar cuando tienes la llave
- Fernando Trias de Bes
- BARCELONA. Domingo, 20 de agosto de 2023. 05:30
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Está realmente interesante la partida de póker que están manteniendo cuatro jugadores políticos para la formación de la Mesa del Congreso y la posterior investidura a la Presidencia del Gobierno de España.
Tres de los cuatro jugadores son obvios: Partido Popular, Partido Socialista y Junts, por no decir directamente Carles Puigdemont.
El cuarto jugador no es tan obvio. Bajo mi punto de vista no se trata ni de ERC, ni de Coalición Canaria, ni PNV, ni VOX, ni Sumar… Todos estos ya han jugado o digamos que no tienen mucho donde escoger. El cuarto jugador es el Rey de España, Felipe VI. Es un jugador clave porque a él corresponderá decidir si encarga la formación de gobierno a Feijóo o Sánchez.
En cualquier caso, lo que me interesa analizar en mi columna de este domingo no es el ángulo político, sino el que pueda tener una traslación al mundo empresarial. Y estamos ante una negociación donde se podría perfectamente aplicar algunas de las principales teorías de juegos.
En el fondo, todos están atrapados. Puigdemont tiene, aparentemente y según todos dicen, la llave. Y tiene una posición totalmente ganadora, pues de sus votos dependen todos. Negociar cuando tienes la llave puede parecer sencillo, pero no lo es porque la llave de Puigdemont dejará de ser llave si no llega a un acuerdo con nadie y se deben repetir elecciones generales. Será muy difícil que vuelva a darse la tremenda casualidad de reparto de escaños que surgió de las elecciones del mes de julio. Puigdemont está en una situación muy delicada. Recluido y refugiado en Bruselas desde hace años, tiene ante sí la mejor de las oportunidades para resolver su situación personal, la de muchos miembros de su partido que tienen causas pendientes y, de paso, lograr muchos recursos y dinero para Catalunya. No va a tener otra oportunidad como esta, y los que están al otro lado de la mesa negociando lo saben. Puigdemont, hábilmente, lanza un mensaje: “yo ya estoy aquí atrapado, así que, a malas seguiré igual. Vosotros mismos”. Es cierto, pero solo hasta cierto punto.
Los jugadores conservadores y progresistas se encuentran en una situación muy comprometida porque solo van a aceptar el envite si están convencidos de que tienen la mano ganada. En estos momentos, solicitar al Rey de España formar gobierno y no conseguirlo, especialmente en el caso de Sánchez, va a tener un enorme coste político en caso de repetición de comicios. Así que ninguno de los dos puede ir de farol porque, en caso de error, la consecuencia es perder la partida entera.
La cuarta silla le corresponde al Rey de España. Tiene ante sí una papeleta difícil porque, en jerga de naipes, va a ser el último en hablar. Y habrá de designar a aquel que haya cerrado un potencial acuerdo con Puigdemont, exiliado, que declaró la República de Catalunya en el Reino de España, bajo su mandato. Estará obligado a conocer las concesiones realizadas al prófugo político y, en su caso, a respetarlas. Pero se debe a la Constitución y a España, así que perfectamente puede encargar la formación de gobierno a Feijóo, a sabiendas de que Sánchez tenga más opciones.
¿Qué va a suceder finalmente? Veamos la partida según teoría de juegos. Si Puigdemont no pacta, pierde su opción. Así que pactará porque no hacerlo le coloca en una situación peor a la actual. Difícilmente pactará con el PP. Probablemente, lo haga con el PSOE. Pero forzará a Sánchez a presentarse ante el Rey con un sí a medias, de modo que puedan acabar de apretarlo en la recta final de la negociación. Es decir, Puigdemont no cerrará la negociación hasta que Sánchez no obtenga del Rey el encargo de formar gobierno. En esa reunión, Sánchez le dirá al monarca que tiene los apoyos de Junts prácticamente garantizados. Quedarán flecos por negociar. El Rey pondrá entonces las líneas rojas a esos flecos. Sánchez entonces se enfrentará a unos días de infarto. Junts pondrá sus condiciones y las dirá innegociables. Sánchez estará en una encerrona. Si no cede, nuevas elecciones y el electorado no le perdonará el jueguecito. Pero solo podrá aceptar hasta ahí donde el Rey le haya indicado.
Hay dos desenlaces posibles. Que Junts acepte la propuesta del Rey, y habrá gobierno de Sánchez. O que no la acepte y habrá nuevas elecciones, con triunfo de la derecha para gobernar.
Es decir, el Rey ganará en cualquiera de los casos.
Es lo que tiene negociar cuando tienes la llave…