En un paso decisivo hacia la gobernanza global de la inteligencia artificial (IA), la Autoridad Catalana de Protección de Datos (APDCAT) y la Autoridad Nacional de Protección de Datos del Brasil (ANPD) han forjado una alianza estratégica para garantizar que el desarrollo tecnológico no se produzca a expensas de los derechos fundamentales de las personas. El memorándum de entendimiento, firmado esta semana en el marco de la 47.ª Asamblea Global de Privacidad que acoge la ciudad de Seúl, sitúa Catalunya a la vanguardia de la definición de estándares éticos en IA, exportando su modelo pionero a una de las economías más importantes de América Latina.
La directora de la APDCAT, Meritxell Borràs, y el presidente de la ANPD, Waldemar Gonçalves, fueron los encargados de firmar el acuerdo, que establece un marco de colaboración para el diseño, la implementación y la promoción de herramientas que aseguren que los sistemas de IA se desarrollan con el respeto a los derechos humanos como principio irrenunciable. El núcleo del acuerdo reside en la implementación en el Brasil del modelo FRIA (Evaluación de Impacto a los Derechos Fundamentales, por sus siglas en inglés), una metodología pionera desarrollada por la APDCAT. Este modelo sirve a los desarrolladores para identificar, evaluar y mitigar de manera práctica los riesgos que un sistema de IA puede suponer para derechos como la privacidad, la no discriminación, la libertad de expresión o la igualdad.
"El punto principal del acuerdo es la colaboración para la implementación del modelo catalán de identificación y mitigación de riesgos a los derechos fundamentales como referencia al Brasil. La metodología es pionera en Europa", afirmó Waldemar Gonçalves durante la firma. Por su parte, Meritxell Borràs remarcó la importancia temporal de esta alianza: "A partir de agosto de 2026, la evaluación de impacto será obligatoria para los proyectos de IA de alto riesgo en Europa. Este acuerdo nos permite promover la metodología en el Brasil, compartiendo nuevos casos de uso y resultados".
Desde su presentación oficial en el Parlament de Catalunya el pasado 28 de enero, el modelo FRIA ha iniciado una ruta de proyección internacional notable. La APDCAT lo ha promovido en foros de todo el mundo, como la Red Iberoamericana de Protección de Datos, y ha captado el interés de países como Italia, Colombia, Georgia y Costa Rica. Antes de este acuerdo con el Brasil, ya se habían establecido colaboraciones similares con el País Vasco y Croacia, donde la autoridad local ha traducido y recomienda la metodología catalana.
Más allá del modelo FRIA, el acuerdo también prevé la colaboración en el establecimiento de entornos de pruebas controlados. Estos espacios, previstos en el futuro Reglamento europeo de Inteligencia Artificial, permiten que las autoridades públicas y las empresas proveedoras de sistemas de IA trabajen conjuntamente en la definición de buenas prácticas antes de que el producto llegue al mercado. La prioridad es fomentar la innovación y la competitividad, a la vez que se garantiza la seguridad jurídica y se facilita el acceso al mercado de las pequeñas y medianas empresas y firmas emergentes, asegurando que sus productos son seguros y respetuosos desde su concepción. El pasado mes de junio, la ANPD abrió una convocatoria para un sandbox piloto, un campo de pruebas donde ahora podrán incorporarse los conocimientos técnicos de la APDCAT.
El memorándum completa su alcance con compromisos en materia de formación e investigación. Las dos autoridades se comprometen a desarrollar programas de educación y sensibilización en protección de datos, así como a promover estudios e investigaciones conjuntas, especialmente en la intersección entre la inteligencia artificial y la privacidad. Eso incluye el intercambio de información sobre buenas prácticas en políticas de privacidad, enriqueciendo el debate global con una perspectiva dual: la europea, muy avanzada en protección de datos, y la brasileña, representante de un contexto dinámico y en pleno crecimiento.
Esta alianza se produce en un momento crucial, cuando legislaciones como la Ley AI europea empiezan a marcar el camino para una regulación global. La colaboración entre una autoridad regional con tecnología puntera y una potencia económica continental como el Brasil ejemplariza cómo la cooperación descentralizada puede ser clave para abordar retos tecnológicos y éticos sin fronteras. Catalunya consolida así su papel, no solo como cumplidor de normativas, sino como territorio exportador activo de soluciones y estándares que ponen a las personas en el centro de la revolución digital.