Bosch ha anunciado un plan de inversión sin precedentes que supera los 2.500 millones de euros hasta finales de 2027. Esta inyección de capital tiene como destinatario principal el desarrollo y la implantación de la inteligencia artificial, una tecnología que la compañía ya no considera emergente, sino esencial para su futuro. La visión corporativa, según han expuesto sus directivos, es utilizar esta capacidad tecnológica para "ayudar a mejorar la calidad de vida y conservar los recursos naturales".

Contrariamente a empresas que solo ahora exploran el potencial de la IA, Bosch ha ejecutado una transición acelerada para integrarla en el núcleo de su negocio. Desde el año 2023, la totalidad de sus productos y soluciones ya incorporan IA de una de las tres maneras siguientes: como componente funcional del producto, como herramienta imprescindible en su proceso de desarrollo, o como elemento clave en sus sistemas de fabricación. Esta política de "IA omnipresente" refleja una apuesta estratégica decidida por la digitalización.

"Nuestro liderazgo tecnológico se sustenta en cuatro grandes pilares: nuestra fuerza innovadora, nuestro conocimiento integral de diferentes sectores, una producción de alta tecnología y, lo que llamamos, una perspectiva glocal", expuso durante el Bosch Tech Day celebrado en Madrid Javier González Pareja, presidente de Bosch para España y Portugal. Este evento sirvió de expositor para las últimas novedades en sus áreas clave de Movilidad, Hogar y Energía.

Más allá de la inversión económica

La cifra de 2.500 millones de euros es solo la parte más visible de un compromiso más amplio con I+D. Bosch se sitúa entre las empresas que más invierten en investigación y desarrollo a escala mundial. Solo en el ejercicio de 2024, destinó el 8,6% de sus ventas a I+D, una cifra que se traduce en 7.800 millones de euros. Este esfuerzo se materializa en una infraestructura humana y técnica de primer orden: 87.000 profesionales dedicados a la innovación, desplegados en 136 centros de I+D en todo el planeta. Su fórmula para la innovación se basa en la observación cuidadosa de las megatendencias globales y de las necesidades cambiantes de los clientes. Este radar permanente les permite identificar áreas de actividad emergentes y prometedoras, para luego transformar estas ideas en productos y servicios tangibles.

Otra de las fortalezas que Bosch esgrime es su presencia y experiencia en campos tecnológicos muy diversos. Esta capacidad transversal le permite estar "a la vanguardia del avance tecnológico" y crear sinergias inesperadas. Su amplia base de negocios abarca desde la movilidad, soluciones de fabricación y tecnología de energía y edificación, hasta bienes de consumo, microsistemas y atención médica. Para Bosch, el ciclo de la innovación no termina en el laboratorio o en el diseño. La compañía mantiene un compromiso profundo con la fabricación propia, considerándola una parte integral de su valor añadido. Produce desde componentes básicos como semiconductores y sensores hasta sistemas complejos para todo tipo de vehículos. La magnitud de su operativa logística es igualmente impresionante: produce y mueve eficientemente más de 300 millones de piezas diarias, una cifra que evidencia la escala industrial sobre la cual se aplica su revolución en IA.

Esta inversión masiva en inteligencia artificial no solo consolida la posición de Bosch en sus mercados tradicionales, sino que también le abre las puertas a nuevos sectores. El objetivo es claro: liderar la transición hacia un modelo industrial más inteligente, eficiente y sostenible, donde la tecnología se ponga al servicio de los grandes retos de la sociedad. Los próximos años serán clave para ver cómo estos 2.500 millones de euros se convierten en soluciones concretas que remodelen nuestra relación con la tecnología.