En un movimiento que marca un precedente crucial para la industria tecnológica, la empresa de inteligencia artificial Anthropic ha pactado este viernes el desembolso de 1.300 millones de euros para resolver una demanda colectiva interpuesta por un vasto grupo de escritores y editoriales. La disputa judicial se originó tras la revelación de que la compañía había descargado y almacenado, de manera ilegal, una biblioteca digital de siete millones de libros protegidos por rigurosos derechos de autor, obtenidos en su mayoría de sitios de piratería online.
Este monumental acuerdo se erige como el más cuantioso en la historia de los litigios por derechos de autor en Estados Unidos. El mecanismo de compensación establece un pago de 2.500 euros por cada obra a aproximadamente 500.000 autores, cuyos trabajos fueron utilizados sin autorización para entrenar los modelos de lenguaje de Anthropic, fundamentalmente su chatbot Claude. Pese a la magnitud del pago, la firma tecnológica ha reiterado en un comunicado que no admite irregularidad o culpabilidad alguna en los hechos.
El fallo judicial que impulsó el acuerdo se remonta a junio, cuando el juez federal William Alsup, del Tribunal de Distrito para el Distrito Norte de California, emitió un contundente veredicto en una vista sumaria. El magistrado no solo falló a favor de los demandantes, sino que fue más allá en sus declaraciones, afirmando que Anthropic "podría haber comprado los libros, pero prefirió robarlos", en alusión directa a la adquisición masiva de material desde plataformas de contenido pirateado como Pirate Library Mirror.
Este caso se enmarca dentro de un panorama de creciente tensión legal en el país norteamericano, donde más de 40 demandas activas enfrentan a gigantes de la IA—como OpenAI, Meta, Google, Microsoft y Amazon—con titulares de derechos de autor. El núcleo del conflicto reside en la insaciable necesidad de datos de estas empresas para alimentar y perfeccionar sus modelos de inteligencia artificial, una fiebre del oro digital que a menudo choca con las leyes de propiedad intelectual existentes.
Expertos legales y analistas de la industria señalan que el acuerdo de Anthropic sienta un poderoso antecedente. "Este acuerdo envía un mensaje contundente tanto a las empresas de IA como a los creadores: está mal extraer obras protegidas por derechos de autor de sitios web piratas", declaró a The New York Times Justin A. Nelson, abogado representante de los autores demandantes. Su afirmación subraya la expectativa de que este pacto allanará el camino para que otras tecnológicas opten por soluciones similares, ya sea mediante acuerdos judiciales, negociaciones directas o la adquisición de licencias legítimas.
Como parte integral de los términos del acuerdo, Anthropic se ha comprometido a eliminar de sus sistemas todas las obras que fueron obtenidas ilegalmente. Aparna Sridhar, asesora general adjunta de Anthropic, matizó la postura de la empresa en un comunicado: "El acuerdo de hoy, de aprobarse, resolverá las reclamaciones pendientes de los demandantes. Mantenemos nuestro compromiso con el desarrollo de sistemas de IA seguros que ayuden a las personas y a las organizaciones a ampliar sus capacidades, impulsar el descubrimiento científico y resolver problemas complejos".
A medida que la popularidad de los chatbots generativos se dispara, las principales empresas de IA están buscando activamente regularizar su situación. Ejemplo de ello son los acuerdos de licencia multimillonarios que OpenAI ha firmado recientemente con grupos mediáticos de la talla de Condé Nast y The Washington Post, estableciendo un nuevo modelo de negocio basado en la compensación y no en la apropiación. El ecosistema de la inteligencia artificial se encuentra así en una encrucijada, forzado a encontrar un equilibrio entre la innovación disruptiva y el respeto irrenunciable a la propiedad intelectual que sustenta su desarrollo.