Más allá del impacto que ha provocado el cierre del Canal de Urgell, las restricciones son tan grandes en el resto de Catalunya que ya están afectando zonas donde, tradicionalmente, la falta de agua nunca ha dado las consecuencias que ahora se prevén. Una de las zonas que ha cogido con más sorpresa son las comarcas de Girona donde las pérdidas ya rozan los 10 millones de euros.

La Muga y el Baix Ter, en peligro

Así pues, cogiendo el impacto económico de estas durante un año sin sequía, se ha estimado el cálculo en la agricultura a partir del agua que emana de la Muga y el Baix Ter. Son impactos que afectan, principalmente, a los árboles frutales, el arroz y los cereales de verano. Según datos facilitados por la Asociación Catalana de Comunidades de Regantes (ACATCOR) a ON ECONOMIA, las pérdidas de la Muga se estiman en 4.192.666 de euros y las del Baix Ter en 5.041.330 de euros. En total, hasta 9.233.996 euros.

Pérdidas por comunidades de regantes

Las valoraciones de la Muga están hechas sobre la distribución de cultivos que se sembraron durante el año 2021 porque en el 2022 ya hubo restricciones de agua. Mientras que las del Baix Ter se calculan según los datos del año 2022. En ambos casos son años en los cuales no había limitaciones de agua. Así pues, las restricciones de agua en la Muga se calcula que solo tienen un 13% del agua de un año normal, mientras que en el Baix Ter varía por cada comunidad de regantes en base a la dotación por hectáreas de los cálculos realizados (3.124 m3/ha en la Presa de Colomers y 5.060 m3/ha al Molí de Pals) las otras dos comunidades, Cervià de Ter y Séquia Vinyals, según las normas internas que cada comunidad ha aprobado por junta de gobierno, tal como se puede ver el detalle en las siguientes tablas.

 

"Tenemos una emergencia alimentaria"

Los cálculos, hechos según cosechas consideradas como normales, se traducen, especialmente, en manzanos con respecto a los fruteros, el arroz anteriormente citado y, sobre todo, el maíz como cereal de verano. Ramon Lletjós, gerente de ACATCOR, concluye: "Pueden llegar a morir cultivos permanentes ya que, en el caso de los manzanos, estamos hablando de árboles que si desaparecen no podemos disponer de ellos para el próximo año". Y añade: "Más allá del impacto económico estamos ante una emergencia alimentaria. Si no comemos lo que tenemos, tendremos que comer lo que viene de fuera y sin agua no tenemos alimentos". Desde ACATCOR, lamentan que trasladaron un informe detallado advirtiendo sobre las consecuencias económicas de la sequía al Govern y al Departament de Agricultura y Acción Climática el pasado 24 de marzo y todavía no han recibido respuesta: "Ha pasado un mes y medio y no nos han dicho nada", subraya Lletjós.

Cultivos afectados

En las Comunidades de Regantes del Ter, la situación de sequía implica una reducción importante en la cantidad de agua concedida para este año, que pasa de 71,14 hm3 el año 2022 a solo 38 hm3 para este año. Eso ha supuesto restricciones en la variedad de cultivos que se pueden hacer, con reducciones en la superficie de cultivo en herbáceos y en el caudal de agua en los cultivos leñosos. En concreto, en la zona de arroz se ha optado por sembrar solo el 50% de la superficie, mientras que en el caso del maíz también se ha decidido sembrar solo el 50%. En el caso de los fruteros con riego por goteo, se ha optado por darles solo el 80% del agua y en el caso de los que tienen riego con canaladura, solo el 60%. Con respecto a los viveristas, también se ha reducido su caudal hasta el 50%. En este sentido, la comunidad pone en duda la garantía que les ha dado la Agència Catalana del Agua (ACA) que mantendrán el caudal asignado hasta el final de agosto, ya que dependen del agua de boca que tiene que consumir Barcelona y el área metropolitana. Eso podría suponer pérdidas importantes para los productores, sobre todo en el caso del arroz, que no tiene ningún otro cultivo sustitutivo posible.

De esta manera, la comunidad ha criticado la falta de respuestas claras y concretas del Departament a lo largo de los últimos meses y ha pedido una actuación urgente para evitar que la situación afecte gravemente al sector agrícola en todo Catalunya.

La Cuenca de la Muga i La Comunitat de Regantes del Margen Izquierdo del río Muga ha informado de que la situación de sequía en la cuenca de la Muga se ha agravado este año. Los regantes solo han recibido un 13,5% del agua concedida el año 2022 y la distribución de agua se ha complicado todavía más con esta cantidad reducida. Eso ha provocado que muchos regantes hayan tenido que cambiar los cultivos, con el consiguiente impacto económico. Los regantes de la cuenca de la Muga hace años que reclaman medidas como la reutilización de aguas y el crecimiento del Embalse de Darnius-Boadella, sin éxito. Asimismo, la ganadería es uno de los sectores más afectados por las restricciones, ya que tiene dificultades para obtener comida por los animales. Las consecuencias económicas tendrán repercusiones a corto y medio plazo en la economía comarcal. Però más allá de los 10 millones de pérdidas en la agricultura, quedará sumar las de los ganaderos.