Varios senadores estadounidenses han defendido este jueves la regulación del mercado de criptomonedas. El debate está más abierto que nunca después del colapso de la plataforma FTX. Su fundador, Sam Bankman-Fried, aseguró ayer que nunca tuvo "intención de cometer fraude", pocas horas antes de que los legisladores norteamericanos debatieran sobre la necesidad de poner coto a esta moneda digital basada en la innovadora tecnología blockchain. Fueron la demócrata Debie Stabenaw y el republicano John Boozman quienes defendieron una propuesta de ley para dar más autoridad a la Comisión de Negociación de Futuros de Productos Básicos (CFTC), con tal de regular estos activos digitales.

El presidente de esta entidad, Rostin Behman, compareció también en el senado y aseguró que una ley reguladora hubiera podido prevenir muchos comportamientos que precipitaron el fraude y la caída de FTX y sus empresas afiliadas. "Estamos aquí porque muchos estadounidenses han invertido en un producto nuevo y probablemente van a perder dinero porque los mercados de productos digitales no disfrutan de las protecciones básicas (...) que hacen de los mercados financieros estadounidenses la envidia del mundo", ha dicho Behnam durante su declaración inicial.

Senadores demócratas y republicanos se han expresado a favor de aumentar la supervisión del mercado de criptodivisas, a pesar de que reconocieron que la falta de conocimiento sobre su funcionamiento dificulta esa legislación. Algunos representantes han llegado a pedir directamente su prohibición. Behman se opuso a esta postura, ya que "las criptomonedas seguirían existiendo en el extranjero y sus riesgos acabarían volviendo a nosotros de alguna manera". Dich Durbin, senador demócrata, se mostró escéptico respecto a que una oficina relativamente pequeña como la CFTC pueda regular tan vasto mercado. 

La bancarrota de FTX

Una de las características específicas del modelo de negocio de FTX más criticadas por el responsable de la CFTC han sido el hecho de que la plataforma funcionaba como bróker, prestamista y custodio del dinero de sus clientes, algo que no ocurre en los sistemas financieros tradicionales. Behnam ha argumentado que con la legislación propuesta por Stabenaw y Boozman se hubieran evitado las presuntas ilegalidades en que incurrieron FTX y muchas de sus empresas afiliadas.

Ha citado el caso de LedgerX, una filial estadounidense bajo supervisión de la CFTC que no se ha visto tan afectada por la crisis y podrá pagar a sus clientes. El responsable de la oficina ha asegurado que las normas que regulan LedgerX en Estados Unidos son la base de la legislación que proponen para supervisar el mercado de las criptodivisas.

El pasado 11 de noviembre, la plataforma FTX, que llegó a estar valorada en 32.000 millones de dólares, se declaró en bancarrota después de que una gran cantidad de clientes se apresurasen a retirar sus fondos, lo que provocó una crisis de liquidez. Su fundador, y hasta entonces máximo responsable, Sam Bankman-Fried, una de las caras más reconocibles del negocio de las criptomonedas, dimitió, tras lo que fue nombrada una nueva directiva liderada por el experto en bancarrotas John Jay Ray III.

Ray y los abogados de la nueva directiva sostienen que una "cantidad sustancial" de los activos de la compañía podrían haber sido robados o están desaparecidos. Los nuevos gestores también han denunciado que la empresa tenía una "ausencia total de controles corporativos" y una falta de "información financiera fiable". Según el periódico The Wall Street Journal, que cita fuentes anónimas, el Departamento de Justicia y la SEC están investigando a la compañía