Telefónica afronta una nueva etapa en el sector de las telecomunicaciones, marcada por la consolidación y la elevada competitividad. Sin noticias todavía de STC ni de la SEPI y, ante la fusión de Orange y MásMóvil, creando la mayor teleoperadora de España, la compañía que dirige José María Álvarez-Pallete no ha descartado realizar una operación similar y adquirir otra compañía del sector. No obstante, el grupo también mantiene la puerta abierta a las desinversiones, concretamente en el mercado latinoamericano.

El reciente visto bueno por parte de Bruselas a la operación configura un nuevo escenario, en el que no se descarta una mayor concentración empresarial. Si bien hace años hubiera sido impensable, "ahora se abre una ventana de oportunidad desde el punto de vista de competencia", ha destacado el consejero delegado de Telefónica, Ángel Vila, en la presentación de resultados anuales de este jueves.

En este sentido, el directivo ha dejado la puerta abierta a crecer a través de compras de otros operadores. "Existe la posibilidad, conceptualmente, y en una línea progresiva y de desregulación en el negocio en España, por lo que se nos podrán presentar oportunidades que en el pasado no hubieran sido tan fáciles", ha asegurado Vila.

Y entre estas posibilidades, se encuentra Avatel, a la que se ha referido como "una compañía atractiva y un operador muy interesante", aunque ha explicado que "entendemos que se ha postulado como remedio en la operación de Orange y MásMóvil". De este modo, no ha dado muchos más detalles sobre la empresa, ya que "es un socio comercial de Telefónica con relaciones mayoristas al que tenemos mucho respeto".

Mantienen las "opcionalidades" en Hispam

Por otro lado, Telefónica mantiene también la puerta abierta a las desinversiones en su negocio de Latinoamérica a través de Hispam, que engloba las diferentes filiales que tiene en Argentina, Chile, Colombia, Ecuador, México, Perú, Uruguay y Venezuela. Se trata del único mercado que ha reportado una caída de los ingresos en 2023, con un descenso del 8,3%, hasta los 8.381 millones de euros. La caída es más abultada en el cuarto trimestre del año, con un descenso del 21,4%.

Una situación que se ha dado, según la compañía, principalmente por su actividad en Perú, como consecuencia del entorno político y económico y la fuerte agresividad comercial en este país. "Este año ha sido de una fuerte competencia en Latinoamérica. Aun así, hemos crecido en ingresos un 0,3%. El oibda ha caído un 4,8% debido al gran esfuerzo comercial, la inflación y algunas monedas que tienen algo de devaluación respecto al dólar, pero ha ido mejorando a lo largo del año" destacó Laura Abasolo, directora general de finanzas de la multinacional.

No obstante, Abasolo aseguró que "lo más importante es que la inversión está muy limitada, por debajo del 10%", algo que hace mejorar la ratio de oibda-capex y va en línea con el objetivo marcado años atrás en el continente. De hecho, ha destacado que la reducción del capital invertido desde 2019 alcanza ya el 37%. Por todo ello, la directiva aseguró que Telefónica sigue "con un modelo ligero en activos, donde nuestro foco es generación de valor y mantener las opcionalidades".

Entre estas opcionalidades, se incluyen oportunidades de desinversión de algunos activos, así como nuevas alianzas estratégicas o procesos de consolidación con otras operadoras. Algo que Telefónica ya ha venido ejecutando con procesos como el acuerdo de coinversión de Pangea en Perú junto a KKR y Entel, cuya aprobación se espera para el segundo semestre de 2024. Al no ser una unidad de negocio clave para Telefónica, como Alemania, Reino Unido, España y Brasil, no se descartan movimientos futuros en Hispam.

Una estrategia que se enmarca en los objetivos definidos por Telefónica en su plan estratégico GPS (crecimiento, rentabilidad y sostenibilidad, por sus siglas en inglés) siendo la generación de caja, la reducción de deuda y el mantenimiento de su atractivo dividendo los pilares fundamentales. En este proceso, el ahorro de costes será esencial para aumentar los ingresos y llegar a los objetivos previstos.

Busca acuerdos con Digi y Zegona

Otro de los efectos que ha tenido la fusión entre Orange y MásMóvil es el reparto de los denominados 'remedies'. La Comisión Europea le ha impuesto a la nueva compañía resultante deshacerse de parte del espectro radioeléctrico (60 Mhz) en favor de Digi y ofrecerle un acuerdo mayorista de compartición de red. No obstante, Digi opera, en su mayoría, sobre la red de Telefónica.

Es por ello que desde la operadora azul han recordado que las condiciones impuestas por Bruselas son una "opción" para la operadora rumana, no una "obligación". En este sentido, ha asegurado que Telefónica está trabajando para mantener el acuerdo con Digi, algo que considera que beneficia a ambas partes.

Si Digi cambia de operador, esto le supondría una "disrupción", han destacado desde Telefónica, argumentando que tendría unos efectos para los clientes, además de una penalización si se rescinde el contrato con Telefónica antes de 2026. "Creemos que podemos conseguir una renegociación de los acuerdos con Digi que sea satisfactoria para ambas partes", señaló Ángel Vila.

Asimismo, la compra de Vodafone España por parte de Zegona también abre otro frente a la compañía española. El consejero delegado aseguró que mantiene abierta la posibilidad de alcanzar un acuerdo con el fondo comprador para migrar su red de cable en España a la de fibra. "Estamos abiertos a contemplar escenarios y a negociar con los nuevos propietarios en términos afines a los que le propusimos a Vodafone", destacó.

"Este tipo de conversación puede tener lugar desde una óptica de acuerdo comercial, acceso a la fibra a medida que ellos fueran apagando su cable, y se podría constituir para alguna alternativa más estructural de juntar activos, aunque esta tiene implicaciones regulatorias, de aprobaciones de competencia y demás", ha añadido el directivo.