Grifols parece haberse estabilizado en el mercado tras meses de intensos vaivenes, pero aún genera dudas. Una de ellas es si podrá afrontar los pagos de su deuda sin tener que recurrir a la venta de más activos, además del 20% de la china Shanghai RAAS. A pesar de seguir contando con valoraciones positivas de las firmas de análisis, algunas de ellas manifiestan su recelo sobre la capacidad de la farmacéutica catalana para generar la suficiente caja que haga frente a sus obligaciones financieras a partir del año que viene.

La empresa de hemoderivados ha hecho públicas las correcciones que la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) le pidió tras analizar la controversia generada por las acusaciones de Gotham City Research. Tras contabilizar de forma diferente algunas cifras de ebitda (resultado bruto de explotación) y deuda, Grifols ha presentado unas cifras de deuda financiera neta de 10.527 millones de euros, 1.100 millones más de lo que registraba anteriormente.

De igual modo, con las modificaciones contables realizadas el ratio de apalancamiento sube desde las 6,3 veces el ebitda hasta 8,4 veces. No obstante, la empresa ha insistido en que se trata de dinero relacionado con alquileres futuros de sus centros de donación de plasma y no deuda nueva y que "todas las deudas y obligaciones financieras ya han sido incluidas y divulgadas en los estados financieros auditados". 

La sombra de la desinversión acecha a Grifols

En cualquier caso, el nivel de deuda sigue siendo abultado y si Grifols no genera el flujo de caja necesario para hacer frente a los próximos vencimientos, podría tener que ejecutar más desinversiones. Si bien el fabricante de plasma aseguró que ya tiene cerrada la refinanciación de 2025 para antes del próximo verano, cuando la compañía afronta vencimientos de deuda cercanos a los 3.000 millones de euros, algunas firmas de análisis tienen dudas al respecto.

“Insistimos en que la compañía podría verse obligada a vender activos para atender sus compromisos de deuda", reiteran desde Bankinter en su último análisis tras la publicación de las correcciones de Grifols. La entidad continúa recomendando vender sus acciones y mantiene su precio objetivo en revisión hasta que consideren que está disponible "toda la información fiable necesaria para realizar unos cálculos que resulten razonablemente fieles con respecto a la realidad de la compañía”.

Pero no es la única entidad que realiza una observación similar. Otra firma que también ha mostrado su incertidumbre sobre la capacidad de Grifols para generar caja y no tener que vender activos para pagar su deuda ha sido Barclays, que, a pesar de respaldar el recorrido bursátil de la cotizada y el "catalizador" que supone la venta de la participación de Shanghai RAAS, observa nubes en el horizonte.

"Aunque mantenemos la confianza en que un equipo de gestión adecuadamente incentivado puede generar retornos significativos para los accionistas a medida que se consigan mejores márgenes y eficiencias, la pregunta clave pendiente es si Grifols puede generar un flujo de caja orgánico significativo para pagar su deuda a partir del año fiscal 2025, sin depender de más desinversiones", apuntó recientemente.

La venta de Shanghai RAAS y los vencimientos de deuda

Son opiniones que tienen en cuenta la venta del 20% de su filial china Shanghai RAAS al grupo alemán Haier. Una operación que le reportará 1.629 millones de euros a Grifols cuando se complete en el primer semestre de este ejercicio y que irán destinados íntegramente a amortizar deuda. La desinversión está aún pendiente de pasar algunas aprobaciones regulatorias en Arabia Saudí, Vietnam y China.

En cuanto a España, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) autorizó a mediados de febrero en primera fase. Una vez completada la venta y con la situación financiera mencionada, Grifols deberá afrontar vencimientos de deuda de unos 700 millones de euros en 2024 (6% del total), 2.900 millones en 2025 (26%), 650 millones en 2026 (6%), 4.600 millones en 2027 (42%) y 2.100 millones en 2028 (20%). 

Tras las correcciones aplicadas a sus cuentas, Grifols se ha comprometido a mejorar la transparencia y simplificar la contabilidad de su información financiera. La compañía ha iniciado una nueva etapa con Nacho Abia al frente con la familia fundadora separada de las funciones ejecutivas de Grifols y la reducción de deuda será uno de los principales retos. Esta transformación corporativa, que desde la farmacéutica apuntan lleva fraguándose desde 2022, se ha acelerado en los primeros meses de este año tras la ofensiva de Gotham.