Domestika no pasa por su mejor momento en España, donde aplicará un nuevo ERE. La startup estadounidense especializada en cursos de formación en línea despedirá a 89 personas, lo que supone prescindir del 65% de la plantilla en el país. Así lo ha hecho público esta semana la representación de los trabajadores de la empresa, que justifica la decisión en motivos "económicos, organizativos y de la producción".

Este nuevo recorte de plantilla afectará a la filial Estudios de Grabación, cuya sede se encuentra en Madrid, especializada en la producción de contenidos académicos y promocionales. Los trabajadores denuncian que en el último año, Domestika ha llevado a cabo más de 400 despidos y ha cerrado 11 de los 12 estudios con los que contaba inicialmente. Una situación que contrasta con el estatus que alcanzó la firma estadounidense, llegando a ser considerada como unicornio por alcanzar un valor superior a los 1.000 millones de euros. 

Ya en marzo, la compañía anunció otro ERE para 88 personas de la filial DMSTK SL, especializada en tareas administrativas y de marketing. Un agujero que los trabajadores denuncian que la empresa ha cubierto en parte con la plataforma de inteligencia artificial ChatGPT para automatizar funciones. Anterior a este recorte, Domestika ya había despedido a otros 70 empleados entre la matriz y la filial, operación que los trabajadores consideraron como un "ERE encubierto". En lo que respecta a esta nueva ola de despidos, la IA tampoco está siendo el principal motivo. 

Años de crecimiento, donde no todo es oro lo que reluce

La compañía fue fundada en Madrid en el año 2000, aunque se trasladó a Estados Unidos poco después. Actualmente, tiene su sede en Silicon Valley y está dirigida por Julio G. Cotorruelo y Tomy Pelluz. En los últimos años, Domestika expandió su negocio por diferentes países, llevando sus cursos de formación online a Francia, Italia y Alemania, que se sumaron a otros como Reino Unido, Estados Unidos y toda Latinoamérica, donde ya estaban presentes. 

No obstante, los empleados denuncian las situaciones que han vivido allí desde 2018. En este año el equipo de rodaje era "de apenas 6  personas (contando solo productores, realizadores y correalizadores)". La empresa, explican, alquiló un piso de 300 m² en la madrileña calle Goya, que "nunca estuvo acondicionado para rodajes". A partir de septiembre de ese mismo año, Domestika comenzó a ampliar el equipo y a contratar gente de forma regular.

"Desde ese momento y durante cerca de un año, los trabajadores utilizaban sus propios ordenadores y teléfonos para hacer su trabajo. Cuando se reclamaba que estos fueran sustituidos por equipos de empresa, los responsables prometían plazos que nunca llegaban a cumplirse", aseguran los trabajadores en el comunicado. 

Asimismo, denuncian que durante un año los profesionales de la empresa estuvieron contratados como falsos autónomos. "Cada uno de ellos emitía una factura a la empresa, cuya sede social se encuentra en San Francisco, que cobraban a través de PayPal", añaden. Por otro lado, indican que era frecuente que Domestika pidiera a sus productoras y directoras de arte que abrieran cuentas personales bancarias para recibir pagos por los gastos generados en los rodajes. 

En 2019, Domestika creó Estudios de Grabación Digital "y el personal, tras meses como falsos autónomos, pasó a ser contratado, no sin antes sufrir una considerable reducción de su retribución mensual", continúa el comunicado. Un año después, la empresa de formación en línea cogió impulso a raíz de la pandemia y ampliaron la plantilla en todos los departamentos, con incorporaciones "prácticamente cada semana".

De unicornio al hundimiento en un año

Es entonces cuando el ritmo de producción y la exigencia se vuelve máxima, llegando a rodarse entre siete y nueve cursos por semana. Situación que critican los empleados por la excesiva carga de trabajo que tenían que realizar desde Madrid, donde, además de producir los cursos, tenían que formar a equipos, preproducir y postproducir otros en nuevos estudios en Italia, Francia, Alemania, Reino Unido y Estados Unidos.

Pero no fue hasta 2022 cuando alcanzó el estatus de unicornio, tras recibir varias rondas de financiación, una de ellas de casi 100 millones de euros. Los trabajadores aseguran que la empresa convocó a la plantilla para explicar "con mucha pompa" la nueva situación, con la que esperaban que el futuro de Domestika estuviera asegurado y mejorarían sus condiciones laborales y su estabilidad.

Solo dos meses después, "sin previo aviso", comenzaron los despidos en España y en las filiales del extranjero. Es en este año cuando la compañía también anuncia el cierre de sus estudios en todos los países del extranjero y el despido de casi todas sus plantillas. "Los estudios en Europa llevaban abiertos apenas un año y la empresa se había gastado millones en remodelar espacios para adecuarlos al rodaje", señalan los trabajadores. 

Con el anuncio de un nuevo ERE, la plantilla de Domestika explica que "mientras esto sucede, se nos dice que todo debe seguir igual. Que los rodajes de los cursos deben seguir su camino sin que nadie, ni profesores ni personas ajenas, sepan que esto se está llevando a cabo".