El presidente de Pimec, Antoni Cañete, ha emitido una severa advertencia: la opa que el BBVA ha lanzado sobre el Banc Sabadell pone en riesgo el acceso a la financiación de las pequeñas y medianas empresas catalanas y, por extensión, españolas. La declaración se produce horas después de que se conociera que la entidad presidida por Carlos Torres ha mejorado su oferta inicial en un 10%, intensificando la presión sobre el consejo de administración del Sabadell.
En una entrevista en Catalunya Ràdio, Cañete ha trasladado un mensaje directo a los accionistas de Sabadell, a quienes pidió "responsabilidad" con el ecosistema empresarial más allá del beneficio inmediato que pueda reportarles la operación. "Los accionistas deberán decidir y pido a los empresarios de este país que, siendo accionistas del Sabadell en este caso y pudiendo tener más o menos interés en la acción, sean responsables con los empresarios", explica el dirigente empresarial.
El máximo representante de la pequeña y mediana empresa catalana argumenta que, de materializarse la fusión, las opciones de obtener financiación para las pymes quedarían "totalmente condicionadas". Cañete ha ido más allá al señalar que un empresario que, como accionista, pudiera beneficiarse económicamente de la opa, "el día que vayan a buscar un préstamo, pueden encontrarse con que se quedan sin financiación".
Su alerta se enmarca en el debate recurrente sobre la concentración bancaria en España. La desaparición de entidades medianas, históricamente más volcadas en el negocio local y con la pyme, preocupa a las patronales. Una mayor concentración del sector, advierte, podría reducir la competencia y dejar a muchas empresas sin su banco de referencia, obligándolas a tratar con grandes conglomerados con políticas de riesgo más estrictas y menos flexibles.
Cañete ha aprovechado la coyuntura para señalar un problema estructural de la economía española: el tamaño de sus empresas. "Nuestras pymes son más pequeñas que las alemanas, italianas y francesas porque tienen una serie de condiciones que les impiden crecer", subraya. Según esta visión, la posible fusión bancaria no haría, sino agravar este problema, al restringir uno de los motores esenciales para el crecimiento: el acceso al crédito.
Para revertir esta situación, el presidente de Pimec aboga por un cambio de modelo en las políticas públicas. "Hace falta legislar pensando primero en el pequeño para hacernos grandes", afirma, instando a pasar de una "política extractora a una política tractora". Este giro, que debería ir acompañado de una fiscalidad "más justa" para las empresas de menor tamaño, permitiría a estas "contratar, pagar y exportar más", sentencia.
Más allá de la operación bancaria, Cañete también se ha referido a la necesidad de que tanto el Gobierno como la Generalitat cuenten con unos presupuestos aprobados. Recrimina la parálisis política que impide su tramitación y alerta de sus consecuencias. "Una empresa sin presupuestos no funciona y un país sin presupuestos no funciona. Vivimos un momento de cambio trascendental y sin los recursos necesarios no podremos hacer los cambios necesarios", afirma Antoni Cañete. La advertencia de Pimec añade una capa de profundidad al pulso financiero entre el BBVA y el Sabadell, trasladando el debate del ámbito meramente bursátil al impacto real que una megafusión tendría en el tejido productivo del país.