El sector de la estética está en horas bajas, al menos desde el punto de vista del empleo. Las peluquerías, barberías y centros de estética han visto como en los últimos cuatro años, el empleo en estos establecimientos ha caído en un 40% fruto de la complicada coyuntura económica. Cabe destacar que estos negocios, como mucho otros, sufrieron la peor parte de la crisis sanitaria, ya que registraron un parón total de la actividad. Además de ello, en su caso y al tratar con personas, las medidas sanitarias han impedido durante bastante tiempo la realización del trabajo de la misma forma que lo hacían antes de la pandemia.

Sea como fuere, y en la época de la recuperación económica, el sector de la imagen personal se ha enfrentado a los mismos problemas que el resto de las compañías: la presión inflacionaria y el endurecimiento monetario. Estos dos factores han calado de lleno sobre el bolsillo de los consumidores y, por ende, sobre el negocio de las peluquerías, centros de belleza y barberías. Además de ello, estos establecimientos se siguen enfrentando a los elevados precios de la energía, los cuales afectan directamente sobre estas pequeñas empresas, puesto que son enormemente dependientes de consumo energético.

El 41,55% de los salones emplea a una sola persona

Así, durante los últimos tres años, la pérdida media anual de facturación ha sido del 26%, tal y como indica el Estudio VII Oleada de Situación Económica del Sector realizado por la Alianza Empresarial por la Imagen Personal. En él, la institución ha realizado una consulta a 1.663 establecimientos de toda España con la colaboración de patronales del sector, asociaciones y federaciones autonómicas y plataformas de imagen personal.

Atendiendo a las cifras que ofrece el estudio divulgado este sábado, en 2022, el número de trabajadores por establecimiento se situó en 1,38 empleados, frente a 1,43 el pasado ejercicio y en 2,3 empleados de media en 2018, año anterior al estallido de la pandemia de la covid-19. Parece claro que, desde que surgió la crisis sanitaria, estos establecimientos han entrado en un bucle marcado por la perdida de empleo y una menor facturación. Pese a que se trata de un negocio clásico y que cuenta con recorrido en España, la coyuntura económica de los últimos cuatro años ha obligado a varios de estos negocios a adaptarse con tan solo uno o dos trabajadores por establecimiento con el objetivo de ahorrar gastos.

Según las estadísticas del estudio, actualmente, el 41,55% de los salones emplea únicamente el autónomo dueño del establecimiento y sólo uno de cada tres salones (el 26,28%) tiene más de un trabajador contratado.

La facturación ha caído de media un 26% en los últimos tres años

En cuanto a la facturación, esta disminuyó un 10,07% en 2022 en comparación con 2019, último año antes de la pandemia de la covid-19, y para 2023, el estudio de la Alianza Empresarial por la Imagen Personal estima que lo hará en un 9,78%. En esta ocasión, el escenario económico es el lastre de estos establecimientos, los cuales siguen haciendo frente a los elevados precios de la energía.

Cabe destacar que, con el endurecimiento monetario y los sobrecostes, gran parte de la sociedad ha optado por dosificar gastos, algo que se ha extrapolado a la menor facturación de las peluquerías, centros de belleza y barberías. En 2020, con las restricciones por la covid-19, los ingresos de estos negocios cayeron un 38,9%, mientras que, en 2021, la facturación cedió un 31,8% con respecto a 2019. Así, el estudio concluye que, durante los últimos tres años, la perdida media anual de facturación ha sido del 26%.

Además, el estudio señala que en 2022 los costes se incrementaron un 27,2 %, principalmente por el encarecimiento de la energía; mientras que el sector solo ha subido los precios de media un 2,48 %.