Con más de 1,5 kilómetros de longitud y cerca de 200 establecimientos, paseo de Gràcia es una de las calles más prestigiosas de Barcelona. La vía reúne grandes marcas de ropa y complementos, la mayoría de ellas de lujo, hoteles de renombre y alojamientos para visitantes tanto nacionales e internacionales. Su ubicación es privilegiada por el funcionamiento del turismo durante todo el año y, más allá de las tiendas, también es una de las calles más transitadas de la ciudad por su oferta arquitectónica.
Ahora, una nueva marca de moda ha decidido abrir en esta arteria, con el objetivo de reforzar su presencia en Barcelona. La compañía alemana Hugo Boss ha apostado por instalarse en el número 84 del paseo de Gràcia en un local que se convertirá en uno de los más grandes de la compañía en Europa. Con más de 1.500 metros cuadrados de superficie y ubicado en la planta baja del Hotel Royal Passeig de Gràcia, el local es propiedad de Mimeisa.
Una tienda con sello barcelonés
Hugo Boss ya cuenta con una tienda en el número 576 de la avenida Diagonal de la ciudad, así como puntos de venta en los centros comerciales de El Corte Inglés. Con esta nueva apertura, la firma ofrecerá a sus clientes artículos de sus colecciones de moda, calzado, complementos y fragancias tanto de su línea masculina como femenina y de moda infantil.
Como características principales de la tienda destaca el interiorismo y los servicios que ofrece. De hecho, el establecimiento ha sido diseñado como un espacio que actúa como homenaje de la misma ciudad de Barcelona. Cuenta con un gran jardín vertical, la tradicional bóveda Catalana y un guiño al suelo de la capital catalana con el icónico panot o flor de Barcelona. Con respecto a los servicios, Hugo Boss ofrece catering, bebidas de cortesía, sesiones de DJ y apuestan por la experiencia de los clientes con servicios de sastrería a medida o un espacio para asesoramiento y consultas personalizadas.
Hugo Boss durante la Alemania nazi
Fundada el año 1924 cerca de Stuttgart, el fundador de la marca, Hugo Ferdinand Boss, empezó su carrera como sastre. En aquel momento Alemania subsistía a las duras condiciones que había y, debido al clima económico del país, Boss se vio obligado a declararse en quiebra. El año 1931 la compañía recibió una oferta para fabricar los uniformes para el Partido Nazi y el empresario se afilió al Partido Nazi (NSDAP), un hecho que marcó un punto de inflexión en su empresa. A partir de aquel momento, Boss empezó a recibir pedidos para producir uniformes para diferentes organizaciones del régimen nazi, incluidas las S. A. y las SS.
Durante la Segunda Guerra Mundial, el negocio tenía 140 trabajadores forzados, la mayoría de ellos mujeres. Después de la guerra, Hugo Boss fue juzgado por un tribunal y fue multado con una pena de 100.000 marcos alemanes por haber sido considerado "beneficiario" del régimen nazi. El año 2011 la compañía emitió una declaración de "profundo dolor a los que sufrieron daños o dificultades en la fábrica dirigida por Hugo Boss bajo el gobierno nacionalsocialista".
El negocio gana un 8% menos hasta marzo
La firma alemana registró un beneficio neto atribuido de 35 millones de euros en los tres primeros meses del año, lo que representa una caída del 8% con respecto al mismo periodo de 2024. Las ventas de la compañía textil ascendieron a 999 millones de euros, un 1,5% menos, mientras que el Ebit retrocedió un 12%, hasta los 61 millones.
La facturación en Europa, Oriente Próximo y África (EMEA) se mantuvo estable en 631 millones de euros, pero retrocedió en América (-3%), con 212 millones y un 6% a la Asia-Pacífico, hasta los 130 millones.