Meta, matriz de Facebook, ha ganado este martes el contencioso abierto por la Comisión Federal de Comercio (FTC), que acusaba a la empresa de Mark Zuckerberg de construir un monopolio en el sector de las redes sociales con la compra de Whatsapp, en 2014, y de Instagram, en 2012.

"Independientemente de si Meta disfrutó o no de un poder monopolístico en el pasado, la agencia [de la FTC] debe demostrar que sigue ostentando dicho poder en la actualidad. El veredicto del tribunal determina que la FTC no lo ha hecho", ha sentenciado un juez federal de Washington, según recoge Efe.

El caso, cuyas investigaciones se remontan a 2019 y se tradujeron en una demanda en firme ya en 2020, argumentaba que ambas adquisiciones obedecían a la intención de Meta de impedir que estas pudieran disputar la preeminencia de Facebook a futuro. De haber prosperado, Meta tendría que haber deshecho la inversión realizada hace más de una década.

No obstante, Meta rechazó los postulados del supervisor asegurando que competía con TikTok, Snapchat, YouTube o X, antes conocida como Twitter. Asimismo, la multinacional sostuvo que la propia FTC ya tuvo la oportunidad de pronunciarse sobre ambas operaciones en su momento y optó por autorizarlas, tal y como ha constatado el tribunal.

Por otra parte, Meta Platforms, la matriz propietaria de Facebook, anuncio hace unos días una inversión de 600.000 millones de dólares (aproximadamente 518.531 millones de euros) para el despliegue de tecnologías de IA en Estados Unidos durante el próximo trienio.

El anuncio, que pone de manifiesto la ambición de la compañía por consolidarse como líder en esta área clave, fue efectuado por Mark Zuckerberg. Este reveló que la iniciativa ya ha sido notificada a la administración del presidente Donald Trump, señalando un reconocimiento de la importancia estratégica del proyecto. Añadió un importante matiz al compromiso inicial, indicando que es "muy posible" que se destinen fondos adicionales más allá de la cifra astronómica ya mencionada, en función de las necesidades y oportunidades que se vayan identificando.

Este movimiento financiero se produce en un contexto de reajustes internos. El pasado 22 de octubre, Meta informó de un recorte de aproximadamente 600 puestos de trabajo en su unidad dedicada a la inteligencia artificial. Según fuentes de la compañía, esta medida responde a una necesidad de "agilizar operaciones" y reorientar recursos, pero se ha enfatizado que no afectará al núcleo de innovación más reciente: el laboratorio de investigación avanzada TBD Lab, donde la multinacional tecnológica continúa con una política de contratación activa para atraer el mejor talento especializado.

La inversión anunciada no se limita al ámbito interno de la compañía. Como parte fundamental de este ensanchamiento estratégico, Meta también reveló la creación de una sociedad conjunta con la firma de inversiones Blue Owl Capital. El acuerdo establece que Meta controlará el 20% de la joint venture, mientras que Blue Owl Capital poseerá el 80%.