La multinacional catalana Puig saldrá a bolsa el 3 de mayo en el top 15 de cotizadas españolas, como la tercera mayor catalana y la segunda empresa familiar más grande del parqué nacional solo por detrás del gigante de la moda Inditex. La operación, si sale como la compañía, Goldman Sachs y JP Morgan prevén, será una jugada redonda para la numerosa familia Puig, que ya ha visto los primeros pellizcos incluso antes de que se realice. El CEO, Marc Puig, es el gran beneficiado.

En el folleto de la salida a bolsa, publicado este jueves ante la CNMV, Puig admite que ha tenido varios gastos extraordinarios en los últimos dos meses que han cambiado la situación financiera de la compañía con respecto a cierre de 2023, los últimos datos consolidados que ha ofrecido a los inversores interesados en entrar en la compañía.

Estos incluyen cerca de 300 millones que Marc Puig, el consejo de administración y la junta de accionistas de la compañía han aprobado en las últimas semanas pagarse a sí mismos y algunos directivos. El 19 de marzo, el consejo aprobó una paga extraordinaria de entre 80 y 90 millones de euros para directivos, incluido el CEO, y empleados clave, y otro bono adicional de 9,3 millones para Marc Puig, de 4,3 millones para altos directivos y de 3,1 millones para empleados clave por su contribución al éxito de la operación para salir a Bolsa. Puig cobró 25,7 millones el año pasado, con lo que sería el mejor pagado del Ibex. La junta de accionistas, controlada por la familia, aprobó hace solo dos semanas, el 5 de abril, pagar un dividendo de 186,1 millones de euros a cargo de prima de emisión.

La familia Puig retendrá el 70% del grupo

El grupo anunció este jueves la salida a bolsa de Puig Brands a un precio de entre 22 y 24,50 euros por acción, lo que supondrá valorar la compañía entre 12.700 y 13.900 millones de euros. No obstante, solo se colocarán 3.000 millones, con lo que el resto (entre el 76% y el 78%) lo retendrá Puig SL, controlada mayoritariamente por Exeo, el holding de la familia, que tendrá el 70%, según fuentes del grupo. El resto de acciones de Puig SL es propiedad de algunos pequeños accionistas, como directivos del grupo.

De los 3.000 millones de colocación, 1.250 millones brutos serán mediante la emisión de nuevas acciones de Puig Brands, que se invertirán en la compañía, mientras que 1.360 millones brutos irán directamente a Puig SL, por lo que buena parte se lo embolsará la familia, que podrá así hacer caja con un negocio que no ha parado de crecer, hasta pulverizar el plan estratégico. Hay otros 390 millones que Puig cederá a Goldman Sachs como opción de compra.

Puig ha destinado 207 millones a crecer en Charlotte Tilbury y 436 en Byredo, marcas que ya controlaba

En el folleto informativo de la salida a Bolsa, Puig indica que destinará los 1.250 millones brutos que capte “para fines corporativos generales, como la refinanciación de las adquisiciones de participaciones adicionales en Byredo y Charlotte Tilbury, y el apoyo a la estrategia de crecimiento del porfolio y las marcas” del grupo.

El grupo que preside Marc Puig compró participaciones de Charlotte Tilbury en 2020 y de Byredo en 2022, pero a principios de este año, ha hecho compras adicionales para tener el control total de estas marcas. De hecho, con los ingresos de la salida a bolsa, pagará 207 millones a los accionistas minoritarios de Charlotte Tilbury, que ya es la marca más importante de su porfolio, y dedicará 435,7 millones a refinanciar un pago a los minoritarios de Byredo.

Puig también destinará 186 millones a refinanciar la línea de crédito para financiar el dividendo distribuido el 5 de abril, y también reducirá deuda, aunque no cifra en qué cantidad. Además, asegura que los ingresos del salto al parqué le permitirán “financiar cualquier inversión estratégica futura y gastos de capital”, pero lo cierto es que le quedará ya poco margen para invertirlo en nuevas compras.

Puig dispara resultados y deuda

El crecimiento de Puig en los últimos años ha superado todas las expectativas, pues el plan estratégico 2021-2025 preveía facturar 4.500 millones de euros en 2025, pero cerró 2023 ya en los 4.300 millones tras crecer un 19%, por lo que los objetivos del mismo parecen pan comido. El incremento de las participaciones en Charlotte Tilbury y Byredo ya aseguran una mejora del resultado.

En el folleto enviado a la CNMV, Puig incluye los datos del cierre de 2023, cuando ingresó 4.304 millones y obtuvo un beneficio de 499,9 millones de euros, un 22% más. En dos años, el grupo catalán ha multiplicado por 2,5 su beneficio neto, si bien lo ha hecho todavía más su deuda neta, de 400 a 1.510 millones (3,8 veces más). No obstante, no se trata de niveles demasiado altos y, además, está vinculado al crecimiento de marcas del grupo, pues sus activos han pasado en este mismo periodo de 5.090 a más de 7.700 millones.