La firma italiana Loro Piana, conocida por sus tejidos de cachemir de alta calidad, se ha convertido en la última marca del sector del lujo puesta bajo administración judicial en Italia por sus vínculos con casos de explotación laboral en talleres subcontratados. La vigilancia judicial impuesta a Loro Piana, controlada por el grupo francés LVMH, matriz de Louis Vuitton, se suma a las que se han dictado en los últimos meses contra empresas de Dior, Armani y Valentino, entre otras célebres marcas, tras las investigaciones en la industria del lujo en Italia iniciadas en 2023.

El Tribunal de Milán (norte) decretó la administración judicial de Loro Piana este lunes, al considerar que la firma no participó directamente en las irregularidades, pero alimentó un sistema de explotación por no supervisar adecuadamente su cadena de producción. Según los fiscales, la empresa delegó directamente la producción de prendas de alta gama a una sociedad en cuyos talleres se encontraron condiciones laborales gravemente irregulares, con trabajadores ilegales, jornadas extenuantes que podían superar las 90 horas semanales y sueldos de 4 euros la hora, según medios locales.

Entre los casos investigados, destaca el de un sastre chino que trabajaba en un taller subcontratado para Loro Piana, que denunció haber sido golpeado con puños y tubos de plástico y aluminio tras reclamar salarios atrasados a su empleador. La corte milanesa reprocha a Loro Piana no haber verificado la capacidad empresarial real de sus proveedores ni realizado auditorías efectivas, permitiendo que estas prácticas subsistieran durante años sin intervención.

En un comunicado oficial, Loro Piana aseguró haber interrumpido toda relación con el proveedor implicado en cuanto tuvo conocimiento de los hechos en mayo pasado y reiteró su compromiso con el respeto de los derechos humanos. Las medidas judiciales contras Loro Piana se han repetido en los últimos meses con otras marcas de lujo como Valentino, Armani o Manufactures Dior, por casos similares de explotación en talleres ilegales, principalmente gestionados por ciudadanos chinos en condiciones clandestinas.

En el caso de Valentino, revelado en mayo pasado, se descubrieron siete talleres textiles ilegales, donde 67 trabajadores eran explotados en condiciones insalubres, con salarios por debajo del mínimo legal, jornadas extenuantes y sin seguridad laboral. Muchos dormían en los mismos talleres, en dormitorios improvisados y sin condiciones higiénicas mínimas.

También en mayo, el grupo Dior se comprometió a desembolsar 2 millones de euros en 5 años para ayudar a víctimas de explotación laboral en Italia, según reveló la Autoridad Garante de la Competencia y Mercado (AGCM) en Italia al anunciar la conclusión de la investigación contra algunas de sus empresas en 2024.

"El precio de un modelo de bolso de piel Dior que cuesta a los clientes 2.600 euros en la tienda, Dior lo pagaba a 53 euros para comprarlo en la fábrica de trabajadores chinos", aseguró entonces el 'Corriere della Sera'.