Giorgio Armani, icono mundial de la moda, ha fallcido este jueves en Milán a la edad de 91 años. No tenía hijos, pero sí herederos, entre los cuales están los sobrinos y sus colaboradores más próximos, y una fundación que se hará cargo de un imperio económico que la prensa italiana valora en 10.000 millones de euros.

Era el único propietario de un grupo empresarial que el año pasado facturó 2.300 millones de euros, un 5% menos que en el ejercicio anterior, con un ebitda de 398 millones, un 24% menos. A pesar de este retroceso y a su mal estado de salud, Armani apostó por invertir 332 millones de euros –el doble que en 2023– en la renovación de las tiendas insignia y en la potenciación del canal online. El grupo cuenta con más de 8.000 empleados y 650 tiendas en el mundo.

La mitad de los ingresos de la marca Armani se generan en Europa, mientras que el continente americano supone el 22% y el área de Asia-Pacífico un 19%. Uno de los motivos de los malos resultados del año pasado fue la pérdida de ventas en el mercado chino.

Armani es una marca de prestigio que se ha visto rodeada de escándalos. Un juzgado italiano la condenó en 2024 por irregularidades laborales y, el año pasado, un organismo antimonopolio la sancionó –junto con la filial industrial GA Operations– con 3,5 millones de euros por externalizar parte de la producción a subcontratistas que supuestamente vulneraban los derechos de los trabajadores.

El grupo Armani no desglosa los resultados por países, de manera que no informa de las ventas en España, donde cuenta con 58 establecimientos con esta marca: de estos, 12 están en Madrid y siete en Barcelona. Giorgio Amani decidió controlar más de cerca este mercado cuando en 2010 compró Mezún –compañía de la familia Zunzunegui, propietaria de licencias comerciales– y constituyó Armani Retail SRL Sucusal en España, con sede en Madrid. Y también vende sus productos bajo licencia en tiendas multimarca y centros comerciales.

Giorgio Armani conocía Catalunya y, concretamente, la industria textil de Sabadell. Josep Casamatina, comisario de la exposición Sabadell Teixeix que se montó el año pasado, aseguró que el diseñador italiano había viajado personalmente a Sabadell para comprar telas en la fábrica Artèxtil, con las cuales confeccionaba abrigos de lana de alta costura.

Forbes estima que Giorgio Armani contaba con un patrimonio personal superior a los 10.000 millones de euros. Además del negocio del lujo, también poseía hoteles, restaurantes e inversiones inmobiliarias.

Deja ligada la sucesión

En unas recientes declaraciones a Financial Times, consciente de su mal estado de salud, Giorgio Armani habló abiertamente de su sucesión: "Mis planes consisten en una transición gradual de las responsabilidades, que siempre he manejado, a las personas más próximas a mí [...] como Leo Dell'Orco, los miembros de mi familia y todo el equipo de trabajo".

Dell'Orco es el jefe de diseño de la línea de moda masculina de Armani y su colaborador más próximo desde hace muchos años. Y respecto a los familiares, destacan sus sobrinas Silvana y Roberta Armani y, sobre todo, su sobrino Andrea Camerana, que preparó para la sucesión.

En 2016 preparó un protocolo de sucesión para garantizar la continuidad del grupo que establecía la creación de la Fundación Giorgio Armani. Incluso, planteaba la posibilidad de una salida a bolsa, pero en un plazo no inferior a los cinco años después de su fallecimiento. Pero los detalles de la herencia no se conocerán hasta que se haga público su testamento.