La multinacional química Dow Chemical ha anunciado una significativa reestructuración a raíz de los resultados económicos anuales del pasado año, que han dejado una caída del 37,7% en los beneficios, a causa de la ralentización del crecimiento económico mundial y los desafíos del mercado energético, según ha comunicado el grupo. Para poner freno a esta situación, la corporación norteamericana despedirá a 2.000 trabajadores, algo más de un 5% del total de 37.800 personas de su plantilla en el mundo, y "reevaluará sus activos en Europa" como parte del plan que ha anunciado para ahorrar 1.000 millones de dólares (917 millones de euros) en costes y ganar en eficiencia. Los despidos supondrán a la empresa unos gastos extraordinarios de entre 550 y 725 millones durante el primer trimestre de 2023, principalmente por pagos de indemnizaciones y otros costes. Además de eliminar empleos, la compañía prevé cerrar ciertos negocios y reducir el gasto en materias primas o logística, entre otras cosas.
En concreto, el año pasado, Dow Chemical ganó 4.582 millones de dólares (4.203 millones de euros), respecto a las ganancias de 6.311 millones de dólares (5.789 millones de euros) de 2021. En cuanto a los ingresos, alcanzaron los 56.902 millones de dólares (52.197 millones de euros), lo que supone un avance del 3,5% comparados con la facturación de 54.968 millones de dólares (50.423 millones de euros) del año previo. Dow opera 104 centros de producción en 31 países y emplea a unas 35.700 personas.
Jim Fitterling, presidente y consejero delegado de Dow Chemical Company, argumentó que el cuarto trimestre de 2022 fue especialmente complejo, pero que "Dow continuó encarando proactivamente la ralentización del crecimiento económico mundial, los desafíos del mercado energético y la reducción de existencias". En los últimos meses, el grupo redujo especialmente la cifra de negocio y las ganancias. Según los datos facilitados, el beneficio neto alcanzó 613 millones de dólares (562 millones de euros), frente a los 1.736 millones de dólares (1.592 millones de euros) de un año antes, un 283% menos interanual, según ha informado la empresa. Por su parte, los ingresos trimestrales fueron de 11.859 millones de dólares (10.878 millones de euros), lo que supone una caída del 17,4% comparada con la facturación de 14.364 millones de dólares (13.176 millones de euros) de 2021.
"Mientras observamos signos positivos en la moderación de la inflación estadounidense, perspectivas más favorables en Europa por la energía y por la reapertura de China, continuaremos siendo prudentes y proactivos en nuestro plan de optimización del empleo y costes de servicios contratados", ha añadido Fitterling.
Dow Chemical en España
En España, Dow Chemical tiene su sede social y domicilio fiscal en Madrid y gestiona cuatro centros ubicados en Tarragona, Ribaforada, Tudela (ambos en Navarra). El grupo completa su presencia en la península ibérica con una factoría en Estarreja (Portugal). La plantilla estaría entorno a los 700 empleados.
En términos económicos y según los últimos datos disponibles de la filial en España, Dow Chemical Ibérica invirtió en España más de 50 millones de euros en 2021, superando en un 36% las inversiones del año 2020. Alcanzó una cifra de negocio de 1.366 millones de euros, un 43,7% más que el período anterior, y una exportación más elevada de lo habitual, que llegó hasta el 70%.
Asimismo, durante 2021, invirtió en avances tecnológicos y medioambientales en sus centros de producción, especialmente en su Unidad de Hidrocarburos en Tarragona, reduciendo sus emisiones en un 8%. Ello se enmarca en el plan de sostenibilidad de la compañía, con el objetivo de alcanzar la neutralidad en carbono. Para ello, la primera fase, antes de 2025, consiste en hacer todo lo posible desde el punto de vista de la eficiencia energética, para alcanzar la máxima reducción de emisiones de CO₂ a través de proyectos que incluyen el uso de energía renovable para alimentar las unidades de producción, la electrificación de las turbinas por motores, así como aumentar la flexibilidad de la materia prima usada en los crackers (proceso químico por el cual se convierten nafta o gas natural líquido en componentes básicos, como el etileno, propileno y aromáticos). Para la segunda fase, entre 2025 y 2030, es clave repensar la forma de alimentar los hornos de gas natural del cracker a través del uso del hidrógeno circular a partir del metano residual del mismo proceso y de la captura y almacenamiento de CO₂. Durante la tercera fase, más allá de 2030, el énfasis estará en la implantación de tecnologías que actualmente están en desarrollo y que le permita a la compañía ser neutro en cuanto a emisiones de carbono.