Es conocida mundialmente por sus gabardinas con forro a cuadros y las bufandas. El grupo de moda británico Burberry ha anunciado que podría despedir a 1.700 trabajadores, el 17% de su plantilla global, hasta finales de 2027 en un intento de reducir las pérdidas.
Burberry anunció unas pérdidas de 3 millones de libras esterlinas en el ejercicio fiscal que cerró el 31 de marzo que contrastan con los beneficios de 418 millones del mismo periodo anterior. Los ingresos cayeron un 17%, hasta los 2.500 millones de libras (cerca de 3.000 millones de euros).
El grueso de los despidos se concentrará en las oficinas repartidas en varios países, pero también en las tiendas e, incluso, en su fábrica de Castleford, en West Yorkshire (Inglaterra), en la que suprimirán el turno de noche. Eso supone un cambio en la estrategia de la compañía porque, hasta ahora, se intentaba preservar la producción en el Reino Unido por una cuestión de imagen.
Con este recorte de personal, Joshua Schulman, consejero delegado de Burberry desde julio del año pasado, prevé conseguir un ahorro de 60 millones de libras (71 millones de euros) hasta el 2027. Schulman, que fue el CEO de Coach y Jimmy Choo, relevó a Jonathan Akeroyd, cuando no llevaba ni dos años a la compañía, después de que no consiguiera enderezar su rumbo.
Sobre la planta de Castleford, Schulman afirmó que durante mucho tiempo han tenido un "exceso de capacidad" en este centro inglés pero que eso no impide que planeen una inversión "significativa" en los próximos meses. Aseguró que de estas instalaciones seguirán saliendo las célebres gabardinas.
Desde Burberry se asegura que el recorte de plantilla, que definen como "cambios organizativos", tiene por objeto "prepararse para el futuro", o sea, garantizar su viabilidad. Los mercados respondieron este anuncio en positivo. Las acciones se dispararon el miércoles al conocerse la noticia. Este viernes todavía subían por encima del 3% a las 13.00 horas, si bien acumulaban pérdidas del -12,81% en los últimos 12 meses.
Han perdido ventas en China y tienen dudas en Estados Unidos, su gran mercado en el exterior, por los posibles aranceles que imponga Donald Trump a las importaciones textiles del Reino Unido. En el caso concreto de China, el problema no es tanto que ahora vendan menos en este país sino, sobre todo, que los gigantes asiáticos de la moda se comen las ventas de las marcas europeas prémium. Y eso afecta especialmente a Burberry. Las ventas minoristas cayeron un 6% en el primer trimestre de este año, aunque este dato es mejor del que habían previsto los analistas.
La marca acumula más de un siglo y medio de historia. Thomas Burberry la fundó en 1856 en Basingstoke (Inglaterra) y, desde el primer momento, se dedicó a ropa de abrigo. Tanto la reina Isabel II como su hijo Carles concedieron a Burberry el título de proveedor real. De hecho, al actual rey se le ve a menudo vestido con piezas de la marca. Celebridades como David Beckham, Victoria Beckham, Harry Styles o Cara Delevingne han ejercido de embajadores oficiales de Burberry.